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¿Usted tiene familia?

No se apresure a responder “sí, claro que la tengo” porque de...

17 de mayo de 2011 Por: Gloria H.

No se apresure a responder “sí, claro que la tengo” porque de acuerdo a los ‘modernos’ conceptos originados en la tolerancia y el respeto por la diferencia que pontifica con gran vehemencia nuestro actual procurador Ordóñez, más de la mitad de nuestro país carece de familia. De acuerdo a su flexibilidad mental, muchos niños y niñas han quedado totalmente abandonados: puede que tengan donde comer y dormir, pero lo que se llama familia no la tienen. Eso de acuerdo al fundamentalismo del ‘cardenal’ Ordóñez.Una abuela, su hija y su nieta conviviendo juntas, en la misma casa, no conforman una familia: aún más, pueden llegar a ser un peligro social puesto que como son dos mujeres (abuela y madre) levantando a una nieta, corren el riesgo de ser peligrosas en la crianza e identidad sexual de la chica. Entonces, a ver cuál sale primero (la abuela o la madre) a buscar a la carrera un hombre, seducirlo y conquistarlo para llevarlo a casa y ‘clasificar’ como familia y poder volver a comulgar (¡) de acuerdo a las teorías del Procurador. Un padre y sus tres hijos, tampoco son familia: falta una mujer y puede que sean una ‘montonera’ agrupada, pero, lo que se llama familia, ni se lo sueñe.Dos hermanas, cada una con su respectivo hijo, viviendo juntas, no son familia. Y cuando el profesor, en la escuela, hable de familia, los niños de esta casa podrán sentirse completamente marginados porque no se podrán ‘reconocer’ en el esquema que el maestro enseña. Otra vez, tienen hospedaje y restaurante, pero no familia. Sin tener en cuenta los vínculos afectivos, las jerarquías de los mayores y la transmisión de valores que se dan en lo que ellos consideraban ‘hogar’, no clasifican para ese esquivo concepto de familia. Más grave aún, una madre y su hijo no son familia. Los grupos mono parentales tampoco clasifican en la llamada célula primaria de la sociedad. Pero no cante victoria: usted también puede estar “huérfano y abandonado”. Empiece a revisar ‘su historia’ porque muy seguramente tampoco tenga familia. Vivir con su novio o novia lo candidatiza para pareja, pero no para familia. Que no es lo mismo. Una familia estilo Ordóñez debe tener papá, mamá e hijos. Olvida el Procurador y su combo que las posiciones extremas y los dogmatismos marginan a los seres humanos generando discriminaciones que impiden la construcción de una sociedad tolerante. Porque la exclusión se da tanto por el que excluye como por el que se siente excluido. Además, por el camino que lo quiera ver, un niño es fruto de un espermatozoide y un óvulo. De laboratorio, directo, por implante, por donde quiera, el proceso, en primera instancia, nace de un hombre y de una mujer. Que lo críen hombres o mujeres solos u hombres o mujeres juntos, no significa que no tenga derecho a tener un lugar donde pueda construir los vínculos necesarios para su desarrollo. La familia conceptual del Procurador ni siquiera es garantía de un buen comportamiento social. Las pruebas están a la vista: vivimos en la sociedad más violenta imaginada, ‘hija’ de la familia tradicional. Muchos se descrestan con las actitudes de Ordóñez frente a la corrupción. Pero no puede perderse el norte y caer seducidos por las determinaciones de un fundamentalista. Allí no hay norma ni ley: sólo existe ‘su’ criterio, ‘su’ manera particular de interpretar. Chévere cuando coincide con lo que pensamos, pero darle poder y alabarlo es clavarnos nuestro propio puñal. ¡Un fundamentalista no razona!

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