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Tsunami del corazón

Todo lo que sucede en el universo nos afecta porque somos parte...

22 de marzo de 2011 Por: Gloria H.

Todo lo que sucede en el universo nos afecta porque somos parte de éste, no como materia separada, sino como energía conectada o indivisible. Sorprendente encontrar, gracias a los avances de la física cuántica, que no somos materia, sino energía. La forma de conectarnos es a través de las frecuencias de nuestras vibraciones energéticas. A raíz de todas las circunstancias que vive el universo se están transmitiendo vibraciones de miedo, horror, pánico. Son frecuencias muy densas que algunos ‘necesitan’ estimular para no perder el dominio sobre otros. El miedo es una frecuencia baja que puede ser ‘movida’ por vibraciones más sutiles, ya para erradicarlo o para aumentarlo.Una manera de contrarrestar las bajas vibraciones de miedo y pánico es a través de la información. Cada vez más libre y autónoma, la información no quiere seguir siendo manipulada: por eso internet arrasa con su grito de libertad sin que su energía pueda ser dominada. ¿Qué pasa en la tierra? ¿La naturaleza está cobrándole al ser humano su trato? ¿Y por qué coinciden las predicciones mayas? ¿Por qué la física cuántica y la biología pueden hablar de mundos paralelos? ¿Estamos recibiendo la ‘verdadera’ información o la manipulación de lo que se debe decir sigue en manos de unos pocos?A semejanza del avestruz puede meter la cabeza en el hueco, o puede buscar respuestas y explicaciones. Porque hay dos maneras de equivocarse: los que no ven y los que ven, pero no lo aceptan. Difícil negar que se camina para un cambio de paradigmas donde lo material no es ni seguirá siendo lo más importante. Todo apunta a una revaloración de la existencia donde conceptos como consciencia, espiritualidad, solidaridad, muerte, dinero, violencia, naturaleza, entran en crisis para encontrarles un nuevo significado. Si no somos materia no podemos llenarnos de cosas materiales: nunca nos colmarán y lo que es peor aún, se nos ‘escapan’ en un segundo para quedar convertidas en basura. ¿Necesitaremos más ejemplos que las imágenes del agua volviendo trizas todo lo material que encontró a su paso? Al ser energía, información y consciencia es allí a dónde se debe dirigir nuestra motivación. El agua no pudo arrasar ni con la solidaridad, ni la gratitud, ni la disciplina, ni el respeto por el otro, condiciones que no pertenecen al mundo material. Cuando tantas personas hablan del vacío existencial, queda preguntarse si esta cultura intentó satisfacer ese vacío construyendo ‘necesidades’ materiales, cada vez más sofisticadas, pero más postizas porque no logran llegar a la esencia del ser humano. Es como si hubiésemos completado un ciclo, en la tercera dimensión, captado por los sentidos físicos, para empezar a ascender a dimensiones que no pueden ‘alimentarse’ de materia ni ser captadas por lo físico. ¿Ha intentado llenar un corazón con billetes? ¿Le parecería adecuado atenuar un duelo regalando un reloj cartier? Igual, muchos seres van entendiendo que lo que se consideró importante y significativo para la mente racional y el espejismo material, vive un tsunami. Llegó la hora para ascender a otras dimensiones y ajustar conceptos. Con el caos material nos toca aprender el cambio. La vibración universal produce un tsunami en el corazón: hay frecuencias muy bajas, miedo, angustia, terror, pero también existen otras vibraciones mucho más sutiles que generan paz y confianza: la gratitud, la espiritualidad, la solidaridad. Es cuestión de aceptarlo y prepararse. Nos lo están advirtiendo…

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