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Sus hermanos

Marta Lucía Ramírez tiene un hermano narcotraficante (un delito) y ella, muy dolida, hizo “lo que cualquiera haría en su lugar por un hermano”.

15 de junio de 2020 Por: Gloria H.

Marta Lucía Ramírez tiene un hermano narcotraficante (un delito) y ella, muy dolida, hizo “lo que cualquiera haría en su lugar por un hermano”.
Rafael Uribe Noguera cometió un crimen y sus hermanos “hicieron lo que cualquier hermano haría en su lugar por un hermano”. No, pero es que son distintos. Hay delitos menos graves que otros y en los menos graves sí es válido meter la mano sin quedar untados. Es motivación familiar totalmente justificable. Porque existen hermanos buenos y otros malos. Hay intenciones buenas y otras malas. Hay hermanos por los que es necesario ‘hacer cualquier cosa’ y otros por los que si se hace lo mismo califica como delito. Se va a juicio, se condena y se les restriega la hermandad.

La conducta humana más difícil de practicar es la coherencia. Nada tan absolutamente difícil como ser coherente. Los criterios se acomodan al árbitro de las circunstancias o de los personajes. Este es el verdadero deporte nacional. Acomodarse. La moral es un caucho que se estira o encoje de acuerdo a los momentos. Y entonces ahora que Álvaro Uribe pescó una foto de Santos con Saab, la restriega por Twitter para mostrar ‘la maldad’ de su enemigo. Pero, para no ir muy lejos, él no es capaz de explicar sus fotos con el Ñeñe Hernández. De pronto no sabía, o lo que sucede tantas veces, hay fotos buenas y hay fotos malas. Depende...

Cuántos se alegraron ‘a rabiar’ con la actitud del patrullero que se rebeló contra el ‘oportuno’ desalojo, hace unos días. Desobedeció porque tuvo objeción de conciencia. No acató la orden que le dieron porque no iba con sus principios arrasar la vivienda de niños y mujeres indefensos.
¿Correcto o incorrecto? Mientras, en el Congreso se analiza el proyecto que prohíbe el castigo físico a los niños y adolescentes. Aclaro: se debe suprimir el castigo físico. Pero podría suceder (cuando sólo se toman medidas pantalleras sin ningún sustento formativo) que los hijos se rebelen contra sus padres y al mejor estilo del patrullero, no obedezcan.
En qué quedamos: ¿Buena la actitud del patrullero pero malo si sucede en mi casa? ¿Cómo los controlo, dirán algunos, si no es con castigo físico?
¿Cómo educo? ¿Cómo logro que obedezcan? Porque el poder es para poder. El poder autoritario se impone y obliga a obedecer. A los niños, con un correazo, una palmada, una cachetada (¡qué horror!). Al patrullero con un juicio disciplinario, una censura, una multa por desacato al superior. No da chico para cuestionamientos. Los queremos niños y niñas pensantes pero sometidos. Y cuando el patrullero protesta es incorrecto ¿pero que los hijos lo hagan en sus casas es correcto? ¿No será que el poder y la autoridad patriarcales necesitan reingienería?

Y entonces volvemos a hablar de coherencia. Que viva la mujer, hay que luchar contra la inequidad. Ojo con los feminicidios. El rector de la U. del Valle, Edgar Varela, en la celebración de sus 75 años, no encontró una sola mujer valiosa entre las egresadas “para destacar”. Solo hubo lista de hombres. Y el alcalde de Cali lanza una campaña de conciencia ciudadana empoderando hombres ‘el héroe sos vos’ donde la mujer desaparece y se empodera al macho sin importar niveles de violencia intrafamiliar. Esto es lo que denominamos coherencia, tan fácil de hablar y tan compleja de practicar.

Sigue en Twitter @revolturas

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