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Sin Falcao, ¿mejor?

Aun cuando usted no lo crea (qué pena, ni siquiera ‘importa’ si...

24 de junio de 2014 Por: Gloria H.

Aun cuando usted no lo crea (qué pena, ni siquiera ‘importa’ si cree), lo psicológico está presente en todo. Ese ‘nuevo’ enfoque de la Psicología que concluye que manejamos energías, que evidencia la existencia de los campo morfogenéticos, que reconoce la necesidad de trascendencia del ser humano, que certifica junto con la cuántica que no hay vacío sino energía en movimiento, que comprueba segundo tras segundo que existen frecuencias en las cuales es más fácil (y agradable) resonar, toda esa nueva Psicología está inmersa en la vida cotidiana y ayuda a ‘explicar’ (y entender) el comportamiento humano. Entonces, lo que nos lleva a actuar está influenciado por miles de circunstancias y ‘sintoniza’ con energías que mueven el entorno.Falcao no estuvo en el Mundial y el impacto inicial de su lesión fue ¡tenaz! La circunstancia se sintió como una pérdida irreparable y en la onda de frustración empezamos a resonar. Pero como existe la dualidad, la circunstancia de carencia movió a una necesidad de reparación. Y quién lo creyera, su ausencia terminó siendo favorable porque permitió al grupo ‘no trabajar’ para el líder, sino conformar un equipo mas homogéneo donde la ‘igualdad” de todos, sin figura descollante, logró ‘repartir’ energías y cada quien sentir que colaboraba para el equipo no para el personaje. El que no exista el líder destacado ayuda a que el grupo se cohesione, se integre y se respalde. Las cargas se reparten por igual. Evita las envidias, los celos, las rivalidades y la competencia feroz. No se trabaja para que el brillo del personaje se acreciente, sino que cada quien puede tener un lugar destacado y realmente hacer un trabajo mancomunado. ¡Los famosos aplastan con su fama!A Cristiano Ronaldo lo ‘bloquearon’ la fama y el otro equipo que se dedicó a neutralizarlo. Todas las miradas sobre él desparramaron la energía grupal y fue como si su prestigio se volviera un espiral que absorbió y se lo tragó todo. La fama se convierte en un imán que anula al resto y convierte a sus compañeros en peones de brega. ¡Qué desilusionante! Suárez de Uruguay condujo a su equipo al triunfo pero él no está precedido de la fama de ‘figura’: sólo es un buen jugador. Dirige al grupo pero el equipo no siente que trabaja para él, sino para Uruguay. Un ‘famoso’ es un espiral que absorbe miradas, reconocimientos, dinero, goles y termina anulando al resto. Puede que no sea consciente de su poder (¿será que no?) pero es la energía que se respira a su alrededor, como si fuera un tornado que lo absorbiera todo. El equipo queda al servicio de su fama. Los goles se sienten más como jugadas individuales del ‘genio’ y no como el trabajo del grupo. Las fotos, los aplausos se los ‘chupa’ el famoso y los demás quedan convertidos en fieles escuderos. Una desigualdad aplastante.Falcao no fue al Mundial y el equipo ha fluido, con hermandad, colaboración, apoyo, solidaridad. Y claro con la excelente dirección de Pékerman. Pero no hay que cuidar ni fama ni prestigio ni patrocinios. La igualdad fluyendo entre todos donde nadie ‘opaca’ a nadie. No es nada contra Falcao y él podrá seguir jugando su excelente fútbol, ganándose la fama que se merece pero las circunstancias (así se presentaron) evitaron que su prestigio desviara el objetivo del equipo y ‘apabullara’ a los demás compañeros. Quién lo creyera, de pronto nos fue mejor sin Falcao y no porque él fuera malo sino porque su importancia hubiera desviado el objetivo común. Por algo el refrán dice “no hay mal que por bien no venga”. Y aquí en Colombia sí que podemos dar fe de esa sentencia.

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