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Rumbo a Cataluña

Barcelona siempre ha sido encantadora y ahora convulsionada por la energía que la ronda, debe ser una ciudad diferente. Eso no significa que haya perdido encanto, pero si es una comunidad donde la fractura se debe respirar en cada rincón.

16 de octubre de 2017 Por: Gloria H.

La suerte me dio la oportunidad de estar mañana en Barcelona, participando de un curso increíble sobre ‘el desdoblamiento del tiempo’, concepto antiquísimo que vuelve a actualizar el físico Jean Pierre Garnier. Ser conscientes de que construimos futuro con la sola energía del pensamiento es impactante. Los antiguos lo sabían pero la mente racional y el querer demostrarlo todo nos han marginado de conocimientos y herramientas utilísimas que bien vale la pena desempolvar. Y ¡practicar! Ya les contaré porque este ciclo es el segundo módulo de tres sobre el tema de ‘el doble’ y el desdoblamiento del tiempo. Garnier, físico francés, reconocido por la Ciencia en su teoría de fluidos, ‘descubre’ el tema del ‘doble’, lo actualiza y lo propaga para asegurar mejores condiciones de vida. Sobre todo, calibrar el poder del pensamiento y medir todo su potencial. El pensamiento es onda y energía, construye futuro y está en las manos de cada quien saberlo utilizar.

Pero, ¿cómo es volver a una Barcelona revolcada por sus cambios políticos? En menos de tres meses esta ciudad ha vivido impactos fuertes que no se quedan tan solo adheridos a las fachadas de los edificios o ‘rodando’ por sus calles. Impactos como lo de Las Ramblas y ahora la supuesta independencia, ‘tocan’ la condición humana y claro, afectan las relaciones entre unos y otros. El ambiente de una ciudad lo hacen sus gentes, su forma de respirar, de pensar, su manera de crear sueños o desilusionarse de su entorno. Barcelona siempre ha sido encantadora y ahora convulsionada por la energía que la ronda, debe ser una ciudad diferente. Eso no significa que haya perdido encanto, pero si es una comunidad donde la fractura se debe respirar en cada rincón. La división genera prevención y de allí viene el miedo. Los diferentes pueden sentirse como peligrosos y entonces.

Lo que sí es claro es que en cualquier parte del mundo los políticos son iguales. Ofrecen mentiras y claro, no pueden sostenerlas. ¿Cómo hacerlo? Su esencia es el cinismo, el descaro, la indiferencia, el no ‘importaculismo’. Pareciera que juegan con la gente, como si la creyeran con discapacidad mental. El “sí pero no” de Carles Puigdemont definitivamente es vergonzoso. No quiere quedar mal con nadie pero se asustó con las consecuencias, imagino que la económica de primera. Más de 100 empresas que ya retiraron su sede principal de Barcelona, evitando el posible colapso de verse obligadas a salir de la Unión Europea. Al igual que con el brexit, no se miden efectos y los dirigentes “matan el tigre y se asustan con el cuero”. Afortunadamente para muchos, la supuesta independencia quedó en veremos y ahora, aun cuando parezca que recular es humillante, mas vale corregir antes de definir.

A esta Barcelona convulsionada se llega esperando que el proceso actual no quiebre su encanto y no dañe el talante alegre y despreocupado de sus gentes. Algún psicoanalista podría hasta explicar los hechos con una supuesta rivalidad entre ciudades hermanas. Ambas, Madrid y Barcelona, reclaman el mismo puesto y el mismo poder. Ser segunda sintiéndose capaz de ser primera no es fácil de asimilar. Envalentonar comunidades detrás de espejismos es muy fácil pero aterrizarlos a la realidad si que es complejo. Allí está Barcelona a la expectativa de su futuro.

Sigue en Twitter @revolturas

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