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Raiting del dolor

Es bien particular nuestra manera de evaluar el dolor. Pareciera como si...

17 de julio de 2012 Por: Gloria H.

Es bien particular nuestra manera de evaluar el dolor. Pareciera como si no hubiese derecho a sufrir, sentir o dolerse por una situación cualquiera porque inmediatamente viene el ‘reclamo social’ porque existen dolores ‘más fuertes’ o más espeluznantes. Entonces si las mujeres gordas protestaron por el comentario que las ofendió, ¿cómo se les ocurre ‘quejarse’ si existen x número de compatriotas asesinados y ‘nadie’ se quejó por ellos? Tan ‘deshumanizadas’ las gordas que sólo ‘piensan’ en ellas y no ‘sublimizan’ los insultos, callan y acatan, porque existen seres con otra clase de sufrimientos. ¡Habrase visto! ¿De dónde acá que un dolor necesita raiting de aprobación para sentirlo y ‘permitirse’ expresarlo? ¿De dónde acá que para sentir mi angustia debo mirar alrededor para saber si mi dolor ‘clasifica’ como permitido socialmente?Por eso, con ‘permiso’ o sin él, debo confesar que se me ‘congeló’ el corazón por la suerte del muchacho Varela Bellini. A pesar del dolor de los familiares de los tres muertos que tienen también derecho a su infinito sufrimiento. Como alguien lo dijera muy bien todos terminamos siendo víctimas de algo. No existe un victimario sino que en la cadena de dolor o aprendizaje, todos enlazamos vidas. Y mi dolor solidario no es porque sea rico o pobre (y si el caso es al contrario: un taxista que con su carro atropella tres motos ‘Harley Davidson’), sino por lo ‘fácil’ que resulta que a un hijo de cualquiera le pueda suceder. Pretender que exista intención de atropellar con un carro es un contrasentido. El estar borracho es una irresponsabilidad y esto es lo que se debe combatir. Pero si ambos ‘participantes’ del hecho están con tragos, ¿cuál es más responsable? ¿El que perdió la vida o el que quedó ‘enlazado’ con la responsabilidad total? Lo que sí es absurdo es que se le ‘meta’ clase social al asunto porque es allí donde exacerbamos odios y pasamos cuentas de cobro ancestrales. ¿Cómo lograr encontrar el equilibrio en la responsabilidad del hecho? Los tragos no son buenos consejeros de un chofer, pero un ‘borracho’ lo puede ser por una cerveza o por quince. ¿Cómo encontrar la justa medida? Es claro que se requieren con URGENCIA medidas educativas que comienzan desde las escuelas y colegios. El Ministerio de Educación tiene allí una responsabilidad directa para ayudar a la solución real.Ni qué decir de la situación de las mujeres de los emberas. Encontrar que tan cerca, aquí en el Valle, se dan situaciones aberrantes donde el machismo hace de las suyas, congela el alma. La mujer no tiene derecho a sentir: ella sólo es un instrumento de placer para el hombre. En el lenguaje masculino de esta tribu hay que evitar ‘que estén arrechas’ por eso se les quita el clítoris, para que no sientan. Y en la ignorancia más atroz, creen que el clítoris ‘crece’ y se convierte en pene. El mundo masculino atropellando sin impedimentos. Al igual que la ignorancia de considerar que trillizas son hijas de ‘tres relaciones’ o que la madre estuvo con tres hombres. Las mujeres no saben cómo defenderse porque sus hombres se burlan, denigran y mandan. Sólo un sentimiento interior, despertar de la inconsciencia, las hará moverse para impedir el atropello. Necesitan información y colaboración. ¡Aquí estamos!El dolor es un sentimiento interior que retrata la individualidad. No sentimos igual pero sí podemos sentir lo mismo. No nos impactan los hechos de la misma manera pero si debemos respetar la intimidad del dolor de cada quién. El dolor sólo merece respeto cualquiera que sea su dimensión.

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