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Profesional de segunda

La situación no parece cambiar. Durante años hemos padecido la ‘diferencia’ del...

30 de noviembre de 2010 Por: Gloria H.

La situación no parece cambiar. Durante años hemos padecido la ‘diferencia’ del sector salud con la psicología por considerarla, me imagino, una especialidad ‘inferior’. Todavía recuerdo con asombro cómo en alguna entidad prestadora de servicios, para acceder al psicólogo era la jefe de enfermería quien daba el visto bueno. Con el tiempo la situación se modificó y el servicio se validó a través de un médico general, creyendo que era menos descalificador, como si un médico general estuviera graduado en psicología. Este profesional conoce el cuerpo, el psicólogo sabe de comportamiento, ¡diferencia básica! Hoy, creo, la gran mayoría de usuarios puede acceder al servicio psicológico en forma directa. Todavía, sin embargo, quedan instituciones ‘jurásicas’ que piden aprobación médica para recibir este tipo de asistencia, pero bueno, esperamos que sean ‘las menos’. Las diferencias existen porque en el sector salud hay profesionales de primera y profesionales de segunda. En los centros de salud no tienen los mismos derechos ni los mismos beneficios los médicos y los otros profesionales. Es obvio, los honorarios no son los mismos, pero el trato marca una diferencia aburridora. Pertenecer a un centro o a una clínica como miembro de un grupo prestador de servicios de salud, es bien tenaz si usted no es médico. Basta comprobar la distribución del nuevo directorio de profesionales de la salud con que una nueva institución al sur de Cali ofrece sus servicios. El listado marca “profesionales de la salud”, pero primero están las especialidades médicas y luego van los “otros”, los que siendo profesionales de la salud no califican en la primera lista alfabética: son los ‘segundos’, profesionales dizque iguales, sí, para pagar su consultorio, para pagar servicios, para contribuir al desarrollo del Centro, para atraer pacientes, pero de ‘segunda’ en el momento de su presentación, sus derechos o beneficios. Ni su prestigio ni la honorabilidad de sus profesiones califica para la igualdad. Empezando por el directorio que ni siquiera se les respeta en el orden alfabético de acuerdo a la letra inicial de su profesión. Cómo sería de importante que el trato para los profesionales en la salud fuera de igual a igual. Que desde el sector médico no se fomentara la discriminación ni la actitud prepotente de que las otras profesiones de la salud están ‘al servicio’ de los médicos y que son ellos los que dan permiso de autorizar los demás servicios. Por ética, un médico que respete otras profesiones de salud debía negarse a dar la autorización para que una persona utilice otra especialidad en salud. Si le toca remitir (diferente a autorizar) que no se cobre porcentaje por esa remisión. Aclaro, una cosa es una remisión y otra la aprobación al otro servicio de salud. Nadie puede desconocer la realidad del porcentaje que ganan los médicos por remitir a otra especialidad: el que paga doble es el usuario que debe asumir los costos de la aprobación del médico general y luego del servicio esperado. ¿Es ético? No me quiero ni imaginar una reunión de miembros de un grupo profesional de salud donde los derechos de los médicos primen sobre los demás. Si no creen en otros profesionales no se ubiquen con ellos, pero no los discriminen. Con seguridad deben existir algunos lo suficientemente capaces y eficientes como para creerles sin necesidad de ‘supervisores’. A veces la prepotencia médica es aplastante... Empecemos por caer en cuenta.

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