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¡No existe!

En términos simbólicos lo que no se nombra, no existe. De allí lo importante de recalcar hasta el cansancio la palabra mujer en cualquier mensaje o discurso.

7 de septiembre de 2020 Por: Gloria H.

En términos simbólicos lo que no se nombra, no existe. De allí lo importante de recalcar hasta el cansancio la palabra mujer en cualquier mensaje o discurso. No es necedad feminista sino demanda por un lugar, por una presencia para esta mujer que desaparece detrás de la palabra hombre. Darle a cada cual su lugar para que seamos dos, no uno con apéndice, es el objetivo en una sociedad incluyente. Lo dice la programación neurolingüística -PNL-, que estudia la simbología de las palabras. Los indígenas de la Sierra Nevada tienen el mismo saber, desde su sabiduría ancestral. Piden no nombrar más el virus para quitarle energía y lógico, poder. Nombrar significa darle vida. Silenciar es una manera simbólica de desaparecer aquello que cuesta reconocer.

Duque inauguró el Túnel de La Línea a los 2 años de su gobierno, cuando la construcción lleva más de 15 años. En un gesto magnánimo tuvo tiempo de agradecer el esfuerzo de muchas personas. Fue especialmente deferente con los trabajadores. Se acordó, claro, de su mentor Uribe y su exministro de Transporte Uriel Gallego. Hubo reconocimiento para Germán Cardona ministro de Transporte (¿de quién?), para Germán Vargas Lleras y para Invías. Se enorgulleció del nombre del túnel, Darío Echandía. Fue obvio que quería aplaudir conscientemente el esfuerzo de todos y cada uno de los protagonistas de la obra. Pero, se le pasó uno, se le olvidó. (?) Para él no existe. No pudo ni siquiera mencionar a Juan Manuel Santos porque no le nace hacerlo, no puede. Es tal su bloqueo hacia el nombre que no puede pronunciarlo. Diana Calderón en su libro entrevistando a Duque, dice que de las cosas que más le llamaron la atención del Presidente es “su negativa a mencionar al expresidente JMS por su nombre que se ve de manera sutil en sus respuestas”. Entonces Duque quiere desaparecerlo, quiere borrarlo de la historia, quiere anular sus períodos de gobierno. Pretende que no nombrándolo, elimina ese fantasma que pesa sobre él. Porque para lo negativo si hay espejo retrovisor, pero para los logros puede de un plumazo, borrar 8 años de gestión de su antecesor y ganárselos él solito.

Twitter es considerado un basurero pero como en toda basura también se hallan objetos valiosos. Alguien dijo allí que por centrarse en la parte física y externa de Duque, pasan de agache los alcances de su verdadera personalidad. Que no es ni de ingenuo, ni de inocente. Es calculador, manipulador y cargado de intención. La visita a Samaniego y pasarse de bobo ‘igualándose con los que gritan contra él’ y ahora ‘anular’ a JMS, van marcando un perfil de un individuo que le importa un bledo la conexión con la realidad. El sólo hecho de ser abanderado de un incendiario como Trump al que le basta imaginarse el mundo para creer que existe, es muy diciente de cómo es Duque. Un individuo agradecido estaría más cerca de ser una persona noble. Pero un cobrador resentido es alguien a quien la vida le devuelve y le pasa factura. Duque está sacando su esencia y ahora con los hijos de Uribe pagando US$ 40.000 mensuales para enlodar a quienes no piensen como ellos, no fue el ‘castrochavismo’ el que nos invadió. Es el fascismo. Luego preguntan dónde está el monopolio del odio. Para muchos o se es uribista o intentan desaparecerte al estilo Duque. Está por verse si el país todavía ‘copia’.

Sigue en Twitter @revolturas

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