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Mi vecino, mentiroso

Lo macro es a veces tan aplastante, que se vuelve indispensable refugiarse en simplezas, hechos cotidianos que también tallan pero que pareciera pierden importancia ante situaciones sociales.

28 de septiembre de 2020 Por: Gloria H.

Lo macro es a veces tan aplastante, que se vuelve indispensable refugiarse en simplezas, hechos cotidianos que también tallan pero que pareciera pierden importancia ante situaciones sociales. Pero somos ambas cosas, miembros de sociedad e individuos. El desgobierno de Duque es tan desproporcionado que la única salida ‘mágica’ es considerar que Santos aún no ha dejado la presidencia. Ojalá avisen cuándo se posesiona Duque, porque como dice Adolfo Zableh “el problema no es que se disfrace de policía sino que todavía le faltan dos años disfrazado de Presidente”.

Pero así como la situación nacional está allí impactando, también lo está mi vecino mentiroso. El que nos echó su casa encima a punta de engaños. El que no respeta a los vecinos e impávido, un domingo puede prender máquinas y taladros porque él hace lo que le da la gana. ¡Al diablo los vecinos! Como paradoja, trabaja en reconocida empresa en el área de Gestión Humana, es decir en el área donde se cuida ‘como cuidar’ a seres humanos. Pero ante semejante paradoja, deduzco que debe pertenecer al mismo grupo de los Nule que hicieron su tesis de grado sobre el tema de ética en contratos públicos. Deben haber tenido al mismo profesor universitario... ¿Será que sí?

¿Será que para graduarse de profesional en este país se requiere colocarle un policía a cada estudiante para que cumpla con un mínimo de compromiso social? Qué pena, me equivoqué. No puede ser un policía, no sabemos qué pueda pasar. Entonces, como dice el Chapulín, ¿ahora, quién podrá defendernos? La sensación de impotencia es grandísima porque las instituciones oficiales en Cali se rebotan el asunto.

Según en el 4 piso de la Alcaldía, el problema lo debe resolver la Inspección de la Policía porque mi vecino tiene los permisos ‘legales’ basados en planos amañados y en medidas equivocadas. Si la Curaduría autorizó, entonces pelotee el asunto. Es tan particular lo de su metraje que para un tercer piso la pared cumple la distancia requerida pero levanta terraza. ¿Entiende? El inquilino de ese espacio puede ‘meterse’ en la casa de los vecinos desde su terraza aunque la pared del piso cumpla con la distancia. ¿A quién engañan?

Hay tantas irregularidades que es obvio que la construcción violó disposiciones elementales de planeación, vecindad y hasta dirección: un ingeniero comandaba la obra arquitectónica. Los arquitectos Diego Escobar y Sandra Arboleda, de la Alcaldía, en la visita de inspección cometieron al menos dos errores garrafales: creer que la plancha había sido construida hace más de 5 años, (lo que es un engaño) y no evaluar la terraza que violaba la distancia. Hay un memorial con todas las violaciones pero ni la Curaduría ni en la Alcaldía las atendieron.

Es la injusticia que permea todas las áreas de la vida. Las leyes existen para intentar doblegar la injusticia, pero resulta que ahora las leyes no sirven. Están hechas para ser violadas, o mejor para ser interpretadas de acuerdo a lo que cada quien cree. La respuesta de la Alcaldía es entiéndanse con la Inspección de Policía porque “nosotros no vemos nada irregular”. Fechas, metrajes, planos. Lo que impacta es la sensación de impotencia frente a un Estado, grande o pequeño, que ni siquiera cumple la normatividad pero espera imponérsela a sus ciudadanos. ¿Qué sigue?

Sigue en Twitter @revolturas

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