¿Mamá fomenta el bullying?
Las cosas no son ni buenas ni malas, sólo existen. Y están...
Las cosas no son ni buenas ni malas, sólo existen. Y están allí para que los seres humanos aprendamos. Se necesita el que enseña y está el que aprende. Y para aprender se requiere la enseñanza que no siempre es la que deseamos. Pero toca, porque sino, ¿cómo aprendo? Esta cultura ha mitificado a la madre y la considera perfecta, maravillosa, queriendo siempre lo mejor para sus hijos. Para la cultura engañosa, una mujer da a luz un hijo e ipso facto, se convierte en un ser de luz. Como si la maternidad graduara, como si ser madre limpiara la esencia de la mujer en sus cualidades y defectos La mitificación de la madre es una de las mayores causas de problemas emocionales en los hijos e hijas. Una madre perfecta sólo puede tener a su lado seres incapaces, inválidos emocionales o dependientes. Pero la sociedad no se atreve a revisar el concepto de madre por el miedo que genera tener que asumir la responsabilidad de nuestra propia vida. El chantaje emocional y la culpa van de la mano y la madre sí que es experta en esta asignatura.Pues bien, no en todos los casos pero si en gran proporción, el niño o la niña mas cuidados, sobreprotegidos o dependientes de mamá, son más propensos al bullying o matoneo de sus compañeros. Como si mamá al cuidarlo en exceso le limitara la sana capacidad de protección o las sanas dosis de agresividad para enfrentar la vida. Y de paso le impide desarrollar la opción de defenderse de sus compañeros (cuando corresponda), de pelear cuando sea el caso, o de enfrentar las dificultades sin necesidad de tener mamá al lado para que lo salve. Esta madre lo hace obediente, sin capacidad de tener criterio propio y por lo tanto un hijo o hija con personalidad obediente claro que obedecerá. Primero a la madre y luego a cualquiera que lo mande y de paso se convierte en el hazmerreir del salón por su falta de criterio para oponerse o defenderse. Mamá con problemas personales atrapa a su hijo en su problemática y lo convierte en su bastón, en el motor de su vida. Lo que impide que ese niño crezca o se defienda solo, porque si esto sucede la madre se queda sin empleo y sin sentido de vida. Esta maternidad volcada en el hijo es una trampa que el hijo o la hija pagan con creces. Una mujer-madre que no enfrenta sus problemas contamina el mundo de sus hijos e hijas generando culpas y chantajes emocionales. No es obligatorio que la madre sea el primero de los afectos. Una madre gana o pierde cariño de acuerdo a sus actuaciones. Pero esta realidad no se acepta fácilmente porque va en contravía de la cultura. A todos los hijos no se los quiere por igual y todos los hijos no deben tener a la madre como su principal amor.La sobreprotección atrae problemas como la miel a las moscas. La debilidad (que no es un defecto) se huele y propicia en el inseguro-agresor, las ganas de medir fuerzas con el debilucho. Allí está el problema perfecto puesto que ambos se necesitan(¡) el agresor y el agredido. Pero en el agredido hay un componente de incapacidad para enfrentar la vida y las situaciones difíciles, posiblemente fruto de su educación y su entorno. ¿Qué tanta dosis de exceso de mamá ha tenido que vivir?La mamá es un ser humano y ninguno es perfecto. Ensalzarla hasta la categoría de diosa le hace daño a todos porque prohíbe encontrar los verdaderos sentimientos hacia ella. ¿Se atreve a revisar?