La paz desde el corazón
Cuando usted quiere expresarse, con la ayuda de las manos, y quiere...
Cuando usted quiere expresarse, con la ayuda de las manos, y quiere enfatizar en la expresión yo pienso o yo creo, ¿a qué parte de su cuerpo lleva la mano? Muy seguramente su mano, como la de tantísimas personas (hecho que se ha comprobado con estadísticas), se lleva al corazón. O menos romántico al pecho. Muy difícilmente esa mano va a la cabeza, o a la frente, donde se esperaría que estuviera la inteligencia. Es en el corazón donde enfatizamos el yo pienso o el yo creo. Con la particularidad de que ese yo pienso, recalca el pensamiento propio pero también la identidad. Como si, inconscientemente (o desde siempre), hubiéramos sabido que el corazón piensa, que en el corazón está el saber que queremos transmitir. O como lo dice Annie Marquier, el corazón tiene un cerebro, y ese cerebro del corazón es maestro, el lugar donde radica la sabiduría. Para la cultura occidental y racional, en el único lugar donde se centra la razón es en el cerebro. Lo demás es secundario. Desde Descartes pienso luego existo es un axioma que se convirtió en paradigma de comportamiento. Craso error. Los científicos cada vez comprueban que el pensamiento también está en el corazón o si quiere verlo así, está regado por todo el cuerpo. Allí hablaríamos de conciencia Por ello, espacios como Exposer, en sus cuatro versiones, permiten combinarle a lo cotidiano racional otras miradas que señalan la existencia de otras dimensiones que no podemos olvidar. Pero no sólo porque personalmente no las queramos ver sino porque cada vez es más obvio que hay que ampliar los conceptos, si queremos estar ubicados dentro de lo que realmente se está viviendo. Aquello intangible es parte de nuestra esencia. Y en el corazón está la fuente de energía mayor que permite que nuestro entorno se modifique.Colombia quiere hacer la paz. Pero es imposible hacerla si en el corazón se anidan sentimientos contrarios a ello. Nadie está pidiendo que nos volvamos idiotas. Pero no se pueden liderar procesos de paz si en el corazón hay violencia, agresividad, rabia, venganza, el famoso no me dejo. No es que los que no crean en la paz sean enemigos de ella pero bueno, tal vez sí. Pero no porque la quieran dañar sino porque es imposible que salga afuera una energía que no se posee en el interior. Es un simple ejercicio de confianza. ¿Quién se le apunta a un negocio que sabe que va a fracasar? Y si tus socios quieren hacer algo y tú no lo crees, ¿consideras que tu energía ayuda al proceso? Al menos te pedirían un compás de espera. Por ello, quienes no creen no podrán contribuir a conseguirla. Cada quien tiene derecho a creer en lo que escoja, pero valdría la pena revisarse cuando no se quiere, porque energéticamente se colabora para ponerle palos a la carreta. El corazón de los que la están construyendo tiene que tener confianza y esperanza. Deben tener un mínimo de paz si quieren lograrla. De lo contrario La ciencia ha comprobado con hechos concretos el poder de la energía cuando unimos objetivos. La energía colectiva colabora. Un pensamiento negativo, así sea de individuos aislados, son como troncos en el camino. Los que hablan de paz deben tenerla en su interior. Eso se llama coherencia, se llama conciencia. Cada uno puede ayudar desde el fondo de su corazón a crear un clima y una energía que empuje el proceso. Aun cuando no somos del grupo de negociadores, si podemos contribuir al proceso de paz, introduciéndola inicialmente en nuestro corazón. ¿Lo intentamos?