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Hurgando en alcantarillas

Estoy suponiendo a que a todos los corresponsales de provincia (¿) para...

14 de enero de 2014 Por: Gloria H.

Estoy suponiendo a que a todos los corresponsales de provincia (¿) para los Medios de Comunicación en Bogotá, televisión, radio, prensa, les dan un instructivo muy particular referente a buscar noticias en los sitios más sórdidos de la región. Algo parecido a buscar en anfiteatros, salas de urgencia de hospitales, estaciones de Policía, funerarias, todo aquello trágico de la condición humana, para ‘dar’ la noticia más destacada del lugar. No puedo explicarme de otra manera por qué las noticias que ‘producimos’ tienen ese tinte de morbo, tragedia, pesimismo, desgracia. Por qué, por ejemplo, para el noticiero de Caracol, de las 7:00 p.m. la noticia mas importante del Valle del Cauca el domingo 12 de enero, fue una niña herida en Palmira. Esa (¿) fue la noticia mas importante que se produjo en el Valle del Cauca durante todo el día. No hubo nada más, pero nada más en todo el territorio del Valle. Sin quitarle dimensión al problema de la niña herida, sí cabe preguntarse si es ‘proporcional’, equitativo o no se qué término usar, dar esta noticia como retrato de un día en el Valle del Cauca. ¿Será que sí?Pero el ejemplo de Caracol es totalmente anecdótico porque igual puede ser RCN o la W, o cualquier otro noticiero. Me encantaría escuchar cómo se hace la contratación de estos corresponsales y si les ‘prohíben’ hablar de otra clase de noticias bajo el pretexto de no producir raiting. Cada vez más siento al periodismo como si fuéramos buitres alimentándonos de carroña. O buscadores de alcantarillas o cloacas, donde disfrutáramos encontrándonos con la miseria humana. Y claro una noticia “en desarrollo” es darle y darle y repetirla y volverla a nombrar con un morbo y casi que sevicia, difícilmente sana.Soy consciente que en ese ánimo de buscar de los Medios se han desenterrado muchísimos problemas que hubieran pasado desapercibidos sin el ojo avizor del periodista. Pero me pregunto si no se nos está yendo la mano. Alimentar un pueblo no solo es darle arroz y papa, ya lo dije. No podemos ser tan ignorantes los periodistas de no saber que la opinión pública también ‘se alimenta’, ‘come’ información. Y si la ‘comida’ que entrego está dañada, huele mal o está podrida, ¿qué se produce en el organismo ‘mental’ con esta clase de alimentación? No, yo no pido -jamás- que se mienta. Jamás desearía que se esconda la realidad, pero de lo que si estoy segura, absolutamente, de que ‘esa’ no es toda la realidad. Es una parte y por lo tanto al no completarla para formar un equilibrio, la estamos deformando. Estamos ‘desinformando’, estamos construyendo un mundo imparcial e irreal. Y para colmo, estamos ‘enfermando’ a la gente. Sí, nosotros, los Medios de Comunicación, también somos responsables de la salud mental de la llamada ‘opinión pública’ porque lo que entregamos que es solo ‘parte’ de la verdad, envenena. El equilibrio no aparece por ningún lado. ¿El raiting ‘obliga’ a esta clase de información? ¿En las alcantarillas y cloacas es donde mejor se produce la noticia que conmoverá a la audiencia? Songo sorongo las personas empiezan a ‘desconectarse’ de noticieros y de cierta información viciada. Cada vez mas por ‘salud mental’ se escoge qué ver y qué oír. De pronto, con cierta suficiencia los Medios podemos creer que ‘siempre’ nos buscaran. Pero si no le paramos bolas puede resultar que de pronto nos encontremos (sucede ya) que ni nos ven, ni nos oyen. O lo que es mas grave y real: que no tengamos ninguna capacidad de influencia sobre nuestros interlocutores. Y un periodismo inocuo es lo mismo que un periodismo muerto.

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