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“Hay días en que somos…

Es la condición humana, así somos. Repletos de incoherencias, capaces de hacer un discurso sobre cómo ‘los demás’ deberían comportarse, pero totalmente renuentes a mirarnos a nosotros mismos

16 de agosto de 2021 Por: Vicky Perea García

…tan lúgubres, tan lúgubres (…) que acaso ni Dios mismo nos pueda consolar”, escribe el poeta. Y es válido cuando despertamos de la cotidianidad y encontramos la condición humana, repleta de maldad, disfrutando con la guerra, envalentonada con el poder, destrozando la naturaleza, abusando de quien pueda y se deje. A lo largo y ancho del planeta está la crisis, el descontrol. En Francia, los agricultores tiraron mierda a la casa del presidente Macron. En Haití mataron al Presidente. En Perú, Castillo parece que ni siquiera ha podido nombrar su gabinete.
Afganistán quedó en manos de los Talibán. Y podríamos continuar dándole un vistazo al mundo para terminar sumidos en la más completa desesperanza. ¿De qué estamos hechos? ¿Cuál es la esencia de la condición humana? Preguntémonos…

¿Usted pertenece al grupo que invoca a Dios y se cree bueno o buena, pero disfruta cada vez que agarran a un ladrón (y más si es venezolano), cuando lo cogen a patadas porque acaba de robar? Aún más, ¿sería de los que se ofrecería ‘voluntariamente’ para darle el castigo físico al maldito bandido? ¿Pertenece al grupo de creyentes que reza el rosario, contribuye con su pequeña limosna a la causa de los pobres pero ‘se muere de ira’ con esos maricas de la calle? ¿Ha soñado con conformar un grupo donde el objetivo sea hacer ‘limpieza social’? ¿Usted es de los que le ‘apuesta’ a la pena de muerte porque definitivamente a la gente ‘mala’ hay que borrarla del planeta?

¿Es de los que ‘maldice’ cada vez que puede y desea que a ese vecino lo parta un rayo por abusivo? ¿Goza cuando alguien que le ha producido una ofensa entra en desgracia? ¿Se goza las peleas que se viven en las redes sociales? Aún más, ¿las azuza e incrementa? ¿No le importa difundir una noticia falsa porque existe la posibilidad de que enlode a quien usted detesta? ¿Forma parte del grupo de avanzados que opina que los y las amantes son seres malos porque ‘dañan’ matrimonios? Aún más, ¿cree que a usted esa ‘desgraciada’ le dañó el suyo? ¿Usted no permite que sus hijos e hijas salgan con la moza o el mozo de su anterior pareja?

¿Usted es de los que cree que en ‘determinados casos’ la ley hay que violarla? ¿Usted tranquilamente puede levantarle el teléfono a sus hijos (claro, sin que se den cuenta) porque vale más la información que escuche que el respeto por ellos? ¿Cree que ‘en determinados casos’ el fin justifica los medios? ¿Usted cree que se puede espiar cuando lo que se va a lograr así lo amerite? ¿Usted puede comulgar por la mañana y por la tarde ‘tumbar’ al señor de la droguería cuando le regresa ‘las vueltas’? ¿Usted cree, definitivamente, que el mundo es de los vivos? ¿Usted cree que lo legal y lo ético son lo mismo? ¿Su odio por quienes no tienen sus mismas creencias políticas lo han llevado a dejarle de hablar a su hermano, al amigo del colegio? ¿Se reconoce en alguna de estas inquietudes?

Es la condición humana, así somos. Repletos de incoherencias, capaces de hacer un discurso sobre cómo ‘los demás’ deberían comportarse, pero totalmente renuentes a mirarnos a nosotros mismos. Esto no cambia cuando los gobiernos decidan. Esto sólo se modifica cuando cada uno se comprometa. Sólo sumando actitudes llegaremos a construir un mejor mundo. Un mundo coherente. ¿Qué tan lejos estamos?

Sigue en Twitter @revolturas

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