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Falcao, ¿con envidia?

Allí están las emociones, nadie las puede negar. Lo más que se...

29 de julio de 2014 Por: Gloria H.

Allí están las emociones, nadie las puede negar. Lo más que se puede es aprender a manejarlas, nunca ni jamás eliminarlas o ‘jugar’ a que no existen. Las emociones están adheridas a la esencia humana y ni siquiera (afortunadamente) la razón pudo eliminarlas. O se controlan en forma sana, o se desbordan y nos enloquecen. O, (última y desesperada opción) se vuelven enfermedad… pero, allí están.Debo confesar que cada vez que veo un triunfo de James Rodríguez siento una doble emoción. Qué alegría por este muchacho, qué emoción por Colombia y lo que nos ayuda a modificar esa nefasta imagen de mafiosos y cocaína, repito, qué rico por él y los suyos. Pero, inmediatamente como si fuera el reverso de una moneda, me llega la imagen de Falcao. Y me llega con dolor, con tristeza, intentando adivinar lo que está sintiendo. Como humano él debe tener una mezcla de emociones y considero que es inevitable que sienta envidia, hasta algo de resentimiento. Ojo, sentir emociones nunca ni jamás es negativo. Y no sentimos sólo las positivas. Las oscuras, las ‘vergonzosas’ también se dan: es importante conocerlas para poderlas aceptar y manejar. ‘Todo’ lo que vive hoy James, en teoría, era para Falcao. James ‘agarró’ lo que le hubiera correspondido a Falcao en su meteórica carrera. Hoy por hoy, y en especial con ‘la mirada’ de los Medios, James brilla y Falcao está detrás. Ser el primero y pasar a ser el segundo, en cualquier campo del acontecer humano, ‘arde’ porque existe el ego, que se alimenta de reconocimiento y hay que estar muy, pero muy bien estructurado, para que esta emoción, desde el ego, no carcoma las entrañas.Como conversábamos con Ismael Cala, el periodista estrella de CNN, los medios tenemos mucha responsabilidad en la construcción de emociones colectivas. Y en el pedaleo, directo o indirecto, que les demos a los famosos que siguen siendo humanos y cuyo reconocimiento depende del aplauso o vituperio que le brinden los medios, tenemos responsabilidad. ¿Qué tanto Falcao ‘desapareció’ de los radares por estar encandelillados mirando la fama de James? Falcao ¡es humano! Por más religión y cristianismo que le inyecte a su vida, todavía tiene cuerpo de terrestre. James regresó, después de su contratación por el Real, como un héroe, recibiendo trato de presidente (como expresara alguien). Camioneta en la puerta del avión, salida por puerta escondida, etc., etc. Falcao todavía tiene que bajar por las ‘normales’ escaleras y enfrentar al público porque él no alcanzó (aún) el primer puesto. James lo hizo, lo reemplazó, con grandísimos méritos personales sí, pero ‘usurpó’ su lugar. Creo que cualquier de nosotros, comunes y corrientes, sabe desde la personal esfera en que nos movemos, cómo arde que te reemplacen. En cualquier escenario, en cualquier circunstancia.Y es aquí donde los medios tenemos responsabilidad en la forma que se trate la información y despliegue sobre estos dos futbolistas que en definitiva, siguen siendo seres humanos, con una juventud alucinante. Falcao debe estar dolido, debe sentir una emoción indescifrable, porque él abrió el camino pero no llegó a la cima. No es cuestión sólo de plata o de contratos. No. Es reconocimiento, aplauso, merecimientos. Ego ventiado. James tiene lo que debía corresponderle a Falcao. El mundo emocional de Falcao debe estar ‘lesionado’ y una mezcla de sentimientos y sensaciones se deben estar enredando en su corazón. Era el primero para Colombia y ahora está de segundo. Sigue en un ‘debilitado’ Mónaco cuando él era el que sonaba para el Real. Duro, difícil. “Esa es la vida”, pensara más de uno. Pero eso no significa que no se sienta y que no duela. ¿Ayudamos los medios y la afición o nos hacemos de la vista gorda y aquí no pasa nada?

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