El pais
SUSCRÍBETE

El manoseo

Entonces, no es grave porque “es la costumbre”. No es agresión porque...

11 de enero de 2011 Por: Gloria H.

Entonces, no es grave porque “es la costumbre”. No es agresión porque nunca se lo ha visto de esta manera. Pero a cualquiera le advierten que si comete una falta, la ignorancia no lo exime de la responsabilidad para afrontar sus consecuencias. El desconocimiento de la norma no elude la gravedad del hecho. Silvestre Dangond le toca a un niño sus genitales en público y, para él, eso no es manoseo. La cara de sorpresa del niño es evidente a pesar de haber recibido, minutos antes, dinero del cantante. ¿Por qué se hace? ¿Por qué no le parece grave? ¿Por qué la inconsciencia del abuso?Tal vez lo que más molesta es la presunción de inocencia, la sensación de que el mundo se tiene que acomodar a la cultura del falo y ‘todos’ reírnos o terminar aceptándolo como normal. “No, no era en los genitales, era en la pierna”. Además creen que los demás son idiotas ‘caídos del zarzo’ y no van a ver lo que es evidente: el manoseo al niño. Ninguna justificación puede reemplazar la evidencia. Lo que más agrede es que no logren salirse de su burbuja para observar (al menos) cómo perciben y sienten los niños y las niñas y las mujeres, las conductas de aquellos que creen que “a nombre de lo masculino” se puede hacer lo que les venga en gana. Ir por la calle y tocar nalgas o senos porque se les antoja; penetrar violentamente a una mujer porque es su pertenencia; orinar donde se les dé la gana “porque sí”; disparar al aire porque son machos; emborracharse hasta el extremo porque la plata es suya; pelearse con quien se les ocurra porque ofendió su honor… no importa si una mujer o unos niños terminan siendo víctimas directas del abuso, o si deben padecer observarlos porque son sus padres o sus hermanos o sus compañeros. No importa: es la cultura masculina… Y la cultura patriarcal tiene todos los derechos para construir el mundo a su manera. Por eso lo que más talla es la exigencia de acomodarse a su explicación como si no hubiese pasado nada. Manipular para que se piense como ellos creen que se debe pensar. “No ha pasado nada, así jugamos entre primos”. Pero si esos son los juegos “entre primos y amigos”, entonces señores están rozando los linderos de la homosexualidad ¡y no se han dado cuenta! No en vano en psicología se habla de que detrás de todo hombre patriarcal puede darse un homosexual en potencia. Para el macho sólo importa él: no existe ningún otro interlocutor ni ninguna otra mirada diferente de la suya. El mundo le pertenece y la ley es el resultado de lo que él crea. La ‘otra’ mirada que podría aportarle diferencia a su mundo, no existe o no es tenida en cuenta. Por eso es un mundo masculino, nutrido sólo de lo masculino y sólo para lo masculino. Afuera de ese entorno existen objetos (hijos o mujeres) que se utilizan de acuerdo a las necesidades. De allí, entonces, esta cultura totalmente fálica y abusiva. El mundo es de los hombres y en su entorno ‘particular’ todo es permitido.La mayoría de las culturas ha vivido bajo el imperio del falo. Por ello, cuando se plantean alternativas distintas el hombre se siente tan mal de que alguien ‘cuestione’ su manera de ver la vida. La diferencia es ahora la que los agrede y los sorprende. Pero la diferencia es la única que puede generar el equilibrio para que lo masculino y lo femenino convivan y se respeten. Dangond debe pedir excusas, porque su acto fue público. Debe pedir excusas a una cultura que anhela ser diferente, expiando la falta de otra cultura que ha sido atropelladora.

AHORA EN Gloria H