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¿Cuál es su ‘aporte’ familiar?

Muchos colombianos y colombianas están indignados con lo que se vivió en...

28 de abril de 2015 Por: Gloria H.

Muchos colombianos y colombianas están indignados con lo que se vivió en días pasados. La muerte de los 11 militares todavía impacta. Alguien escribió en las redes que quiere un golpe de Estado. Está en todo su derecho como también todos aquellos que quieran “no dejarse”, que desean “bala para esos hijuetantas”, que anhelen que “Uribe vuelva para que acabe con ellos”. Es su necesidad interior y la deben manifestar. Una señora en las redes escribió “estamos llenos de odio”. Expresiones personales fruto de una rabia elemental y primaria.Pero como muy bien escribiera en el portal ‘Las 2 orillas’, Federico Ríos, esperamos que todos aquellos que deseen todo lo anterior (y más) vayan escogiendo dentro de su grupo familiar, los candidatos para enfrentar esa guerra. Es decir, con todo el derecho que les asiste para desear que la guerra continúe, es su deber colocar los nombres de las personas conocidas de su entorno, que ‘continuarán’ el conflicto. ¿Cuáles escoge? Acaso su hijo mayor, o el del medio. Que tal su hermano o de pronto su nieto recién graduado de colegio. Los amigos de sus hijos, su padre… El primo varado o el primo brillante. ¿Cuál? Hay tantas personas en los grupos familiares puesto que el abanico es grande. Mírelos bien a los ojos y decida cuáles de todos ellos serán los encargados de plasmar su personal rabia para esa guerra sin final. Porque no es justo que su deseo de guerra se lleve a cabo con ‘protagonistas’ de otras familias. No es justo que usted anhele todo lo anterior y no ‘aporte’ ni un solo muerto de su familia. No es lógico que ‘otros’ perpetúen su deseo de guerra y otras familias -que no quieren más conflicto o dolor- tengan que poner los muertos para perpetuar su deseo bélico.Entonces todo aquel o aquella que grite “no más humillaciones”, “Santos reaccione”, no olvide que su grito debe ir acompañado de la lista de los representantes de su familia -escogidos por el iracundo- que continuarán el conflicto sin final. Como dice Ríos, “esperábamos encontrar en los batallones, por lo menos a los hijos de Uribe”. Añado yo, ¿Óscar Iván dejaría que su brillante hijo, alumno de Harvard, vaya a la guerra? Paloma Valencia, ¿aportaría un sobrino o un hermano? Ser coherente es desear la guerra y colocar la lista de ‘participantes’ de ‘su’ familia en la continuación de la misma. Los soldados de ‘otras’ familias, en lugares donde no quieren más guerra, no pueden ser los paganinis de los ‘guerreristas de ciudad’, o de los guerreristas de corazón, que anhelan venganza, retaliación, muestras de poderío, no más humillaciones. Tan fácil que es desear que esto no termine cuando en su entorno no le zumban las balas, ni el corazón se le aprieta porque no es ‘su familia’ la que le pone el pecho a esta guerra. Las flores en las puertas de los Batallones fueron manifestaciones de solidaridad, pero si usted anhela más guerra debe colocar también la lista o fotografías de su aporte familiar para no ‘exponer’ más hermanos, tíos, hijos o primos de otros, a este conflicto.“Qué extraño, tanta gente hablando de guerra y cuando paso por los batallones no veo allí a ninguno de los que conozco que incitan a las balas. Pensé que habría filas de gente deseosa de empuñar el fusil e irse al monte a ‘acabar con la guerrilla’ como lo gritan a diestra y siniestra”, escribe Federico Ríos. Entonces, cada vez que alguien hable de “continuar y no dejarse”, pregúntele por ‘sus aportes’ para la continuidad del conflicto. Es lo más coherente para el futuro de Colombia. Los que quieren guerra con su lista. Los que queremos paz, con el anhelo de encontrarla, tragándonos multitud de sapos, pero apostándole sin lugar a dudas que a la paz no se llega por la guerra. ¡Cada quien decide!

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