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¿Cuál es la próxima?

Cada día la sociedad se desgarra las vestiduras por los ataques de hombres contra sus parejas sentimentales. El asesinato diario es parte de la parrilla de noticias de la mañana. Marchas, pancartas, protestas, panegíricos, nada sirve, no cala.

25 de abril de 2017 Por: Gloria H.

Cada día la sociedad se desgarra las vestiduras por los ataques de hombres contra sus parejas sentimentales. El asesinato diario es parte de la parrilla de noticias de la mañana. Marchas, pancartas, protestas, panegíricos, nada sirve, no cala. Vuelve y se repite. Ya no son asesinatos, ahora se llaman feminicidios. No me gusta ser ave de mal agüero pero los casos se seguirán dando. Por montones. Ni la cárcel, ni las condenas perpetuas logran ‘controlar’ una ira desbordada de quienes se creen dueños de ‘sus amores’. No sirve, qué pena. Cuántos expresan casi con orgullo ‘me pudro en la cárcel pero no se sale con la suya’, ‘no hace lo que le da la gana’. La emoción logra desbordar cualquier razonamiento, no hay barrera que contenga la ira, la rabia, la venganza, la traición. Nada sirve… Hemos alimentado inteligencias, mentes, pero no formamos en emocionalidad y mucho menos en niveles de conciencia. Aquí están las consecuencias.

Esta es una sociedad patriarcal. Una sociedad enferma a la que la cárcel no sana. Las pruebas están a la vista. Pero no se ven, no se cae en la cuenta. Es tan obvio el machismo que no se detecta. Para esta cultura es ‘natural’ la superioridad del hombre frente a la mujer, viene por naturaleza. ¿Cómo contrarrestar esta idea? Es como pararse frente a un cuadro y sólo ver lo que mi interior ‘escoge’ ver. El machismo, la superioridad masculina, está allí a la vista pero no importa. En los foros, en los simposios, en las elecciones, en los puestos directivos, en los salarios, en la intimidad de las casas, en las religiones, en los oficios y cargos, en todo, allí está la superioridad y claro, la discriminación. Es una sociedad ilusa la que cree que con cárcel perpetua, o manifestaciones o protestas, los comportamientos van a modificarse. Para muchos, los machistas son ‘los otros’. Los que discriminan son los demás. Tocarse cada quien para revisar qué tan patriarcal y prepotente es, sería parte de un trabajo para cambiar mentalidad. Nos alimentamos a diario de machismo y creemos que el problema sólo está en los hombres que asesinan a sus compañeras. Se pregunta acaso, ¿qué los forma? ¿Qué los alimenta? ¿De qué se nutren?

¿Maluma merece la condecoración por su canción en aras de la libertad de expresión? ¿Los chistes, las burlas, las publicaciones con ‘mujeres-objeto’ son válidas en aras de la no represión y la libertad individuales? Si supiera que una canción, una telenovela, una publicidad, motivan al asesinato, ¿lo permitiría? ¿Estamos construyendo un monstruo llamado libertad, a cualquier precio y bajo cualquier circunstancia? Aun cuando no lo crea, todo ese ‘material’, incluido el humor negro, definitivamente alimentan el morbo y la patología social. No importa, primero va la libertad. Ojo, no todos tienen la misma capacidad de captar y los niveles de conciencia marcan diferencias abismales La cárcel ni cura ni sana. El trabajo está ‘en otro lado’, en el lado de los que nos creemos sanos, impolutos y no machistas. Estas mujeres no pueden, no saben defenderse. Seguirán siendo asesinadas mientras los ‘sanos’ asistimos a la discriminación sin ‘verla’, repetimos estereotipos, tatareamos música, reímos de los chistes machistas. El asunto es más complejo y menos instantáneo, créalo. Mientras, ¿cuál es la próxima?

Sigue en Twitter @revolturas

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