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“Yo no soy Charlie”

Pese a la indignación mundial causada por el crimen cometido contra la...

12 de enero de 2015 Por: Germán Patiño

Pese a la indignación mundial causada por el crimen cometido contra la redacción del semanario francés Charlie Hebdo, no toda la solidaridad expresada, desde diferentes vertientes ideológicas, ha sido unánime y del mismo tenor.Por ejemplo, el columnista conservador del New York Times, David Brooks, escribió una columna muy difundida, con el título de ‘Yo no soy Charlie Hebdo’, en la que llama la atención sobre otro aspecto del drama ocurrido en París. Para Brooks “A los periodistas de Charlie Hebdo se les aclama ahora justamente como mártires de la libertad de expresión, pero seamos francos: si hubiesen intentado publicar su periódico satírico en cualquier campus universitario estadounidense durante las dos últimas décadas, no habría durado ni treinta segundos. Los grupos de estudiantes y docentes los habrían acusado de incitación al odio”.Para Brooks “…lo primero que hay que decir es que, independientemente de lo que uno haya publicado en su página de Facebook este viernes, es inexacto que la mayoría de nosotros afirmemos “Je suis Charlie Hebdo” o “Yo soy Charlie Hebdo”. La mayoría de nosotros no practicamos de verdad esa clase de humor deliberadamente ofensivo en la que está especializada ese periódico”.Y agrega que “Así que esta podría ser una ocasión para aprender algo. Ahora que nos sentimos tan apenados por la masacre de esos escritores y directores de periódico en París, es un buen momento para adoptar una postura menos hipócrita hacia nuestras propias figuras controvertidas, provocadoras y satíricas”. En otras palabras, miremos cómo nos comportamos en nuestra propia casa, con nuestros propios provocadores y si somos capaces de ejercer la tolerancia hacia ellos que hoy pedimos para los provocadores de Charlie Hebdo. ¿Qué pasó con Jaime Garzón?Una postura similar a la de Brooks también se ha expresado en Francia por boca de Jean Marie Le Penn, fundador del ultraderechista movimiento que propone el cese de la inmigración a Francia, lo mismo que su hija Marine, actual líder del Frente Nacional. Para Jean Marie, él no va a defender las ideas de Charlie Hebdo, que es una publicación “anarco-trotskysta” y tampoco puede sumarse al lema de “Je suis Charlie”. Al igual su hija, que además propuso la “pena de muerte” para los terroristas.Lo anterior entraña lecciones y es importante porque los asesinatos de París ocurren en medio de una sociedad polarizada con el tema de la emigración árabe y musulmana, tanto a Francia como al resto de Europa. En realidad nacen de la confusión entre los actos terroristas y las víctimas. Algo así como: ¿Es más condenable el terrorismo si la víctima me simpatiza? O, por el contrario: el terrorismo es igualmente condenable sin importar la naturaleza de la víctima.La propia Francia nos dio una lección al respecto con el movimiento estudiantil de mayo de 1968. Entonces, a uno de sus líderes, Daniel Cohn Bendit, se le prohibió el ingreso a Francia por ser oriundo de Alemania. A partir de allí el movimiento estudiantil arreció bajo el lema “Todo somos judíos alemanes”. Eso es solidaridad.Ahora proclamar “Yo soy Charlie” es lo justo. Como lo fue ser “judío alemán” hace más de 40 años. Sí, también “soy Charlie”.