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Los pasajeros

¿Qué pasa con el sistema de buses urbanos en Cali? ¿Por qué...

24 de marzo de 2014 Por: Germán Patiño

¿Qué pasa con el sistema de buses urbanos en Cali? ¿Por qué no funciona bien? ¿Hay demasiados pasajeros y pocos buses? ¿Existen derechos de los pasajeros que no se respetan?En principio, cuando sabemos que los buses articulados del MÍO de 18 metros de longitud tienen capacidad para 160 pasajeros, de los cuales sólo 48 pueden ir sentados (http://es.wikipedia.org/wiki/Masivo_Integrado_de_Occidente), se nos ocurre que algo está mal. Un ejemplo: en Londres, en sus buses de dos pisos, sólo el 30% de los pasajeros puede viajar de pié. Y hay más. Todos los menores de edad, las mujeres embarazadas y los ciudadanos de la tercera edad, tienen el derecho de viajar sentados. No es tan sólo una norma de cultura ciudadana, es un derecho que la autoridad de tránsito les garantiza a los usuarios de los buses.Por allí hay que comenzar. Lo principal, en un sistema de transporte público urbano, es prestar un adecuado, cómodo y eficaz servicio de transporte a la ciudadanía. Todo el sistema debe subordinarse a este objetivo. Y no a otros, como las utilidades de los transportadores, el bienestar de los conductores o la rentabilidad de las empresas prestadoras de este servicio público. No es que no cuenten, sino que son subsidiarios a los derechos básicos de los pasajeros.Desde esta perspectiva, lo que está sucediendo en Cali, desde hace mucho tiempo, es absurdo. Nadie, ni persona natural o jurídica, pueden ser concesionarias de rutas en las que el servicio prestado resulte deficiente. Y en esto estamos fallando, tanto los que operan los nuevos servicios de transporte, como el MÍO, al igual que lo siguen haciendo los que prestan servicio en ciertos sectores de la ciudad donde los buses articulados no pueden transitar. Hay que decirlo claro: el hacinamiento significa una violación de los derechos de los pasajeros y este sucede en muchas rutas del MÍO, lo mismo que en los servicios prestados por busetas o camperos.Lo más grave de los dos días de disturbios presentados con motivo de la protesta organizada por los empresarios que controlan rutas que le hacen competencia al MÍO, no fueron los destrozos causados por vándalos, sino la violación sistemática del derecho de la ciudadanía a gozar de un transporte urbano cómodo, seguro y eficaz. El daño hecho no puede ser compensado ni reparado de ninguna forma.Ahora bien, tal como estamos, ningún sistema, ni el MÍO, ni el tradicional, puede garantizar el cumplimiento de los derechos de los pasajeros. El MÍO por falta de buses y vías adecuadas, y el otro, que también lo prestaron y lo siguen prestando, empresas que forman parte del MÍO, siempre tuvieron al hacinamiento como norma, y la baja inversión en mantenimiento de sus viejas máquinas como costumbre.Lo anterior significa que nos tomará, tal vez un buen tiempo y muchos dolores de cabeza, llegar a una situación ideal. Ella sería el cumplimiento de un derecho básico: todo pasajero de un bus o transporte urbano tiene el derecho de viajar sentado. ¿La veremos?, no lo creo, al menos, entre nosotros no, por mucho tiempo.Buena parte del problema se debe a que los empresarios del transporte urbano se acostumbraron a rentabilidades excesivas, que quieren mantener, a costa de los derechos de los pasajeros, del bienestar de sus empleados (conductores entre ellos), y de la seguridad ciudadana.