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Bello y desventurado

“Mi valle del Cauca, país tan bello cuanto desventurado ya”, escribió Isaacs...

25 de octubre de 2010 Por: Germán Patiño

“Mi valle del Cauca, país tan bello cuanto desventurado ya”, escribió Isaacs en las páginas de María, tanto para dar cuenta de su desánimo por la enfermedad de su amada, como por el desmoronamiento del antiguo régimen en el que había sido un niño feliz.De esto hace siglo y medio y, pese a los grandes cambios, las cosas no parecen estar mejor ahora. Pronto elegiremos un nuevo gobernador para un período de apenas 1 año, luego de tener a un mandatario sustituto, que ha tratado de hacer las cosas bien, por un lapso aún más breve. ¡3 gobernadores en el período de 1! Y eso que se trata del departamento del Valle, uno de los más importantes del país.Aunque cada vez menos, pues ya perdimos la condición de departamento especial en virtud de los malos manejos de las finanzas públicas, que esperamos se devele si correspondieron a Angelino Garzón o a Juan Carlos Abadía. Al respecto aún no se ha dicho la última palabra.Mientras tanto los grandes proyectos de la región duermen el sueño de los justos. Pocas personas parecen haberse dado cuenta de que los municipios de Tuluá y Roncesvalles, trabajando mancomunadamente, lograron abrir la carretera que comunica al Valle con el Tolima, por un tramo que evita el peligroso tramo de La Línea, y que significa un nuevo cruce de la cordillera Central.Este proyecto, planteado desde el documento Conpes de 2007, titulado ‘Accesos integrales al Pacífico’, era uno de los principales obstáculos para hacer realidad una vía más competitiva desde el Valle hacia el interior del país y, además, una de las piezas maestras para emprender el sueño de ligar al Valle y al puerto de Buenaventura con la producción y las riquezas naturales de la Amazonia.Desde Roncesvalles, atravesando el Tolima y el Huila, se puede llegar a La Uribe y Granada en el Meta, sin necesidad de pasar por Bogotá, con un considerable ahorro de tiempo y de fletes. Se trata de una autopista redentora para los Llanos, para Tolima y Huila y, desde luego, para el Valle del Cauca. Además, desde Granada se establece una ye vial, que al noreste se dirige a Venezuela y al sureste toma rumbo a Manaos, dándole al Brasil una salida al Pacífico.Si no fuéramos tan desventurados, las mejores inteligencias de la región estarían dedicadas a sacar adelante este gran proyecto de desarrollo, que hasta ahora sólo parece desvelar al senador Germán Villegas y a unos cuantos columnistas, amén de dos o tres personas de especial visión.Como también tendríamos la mirada puesta en la culminación de la carretera Cartago-Nóvita, una vía que permite el acceso del norte del Valle al Pacífico y que se encuentra en obra desde hace unos 250 años.Pero somos desventurados, ni siquiera hemos sido capaces de lograr la ampliación del canal de acceso de la bahía de Buenaventura a niveles competitivos, ni de recuperar la cuenca del Dagua, pese a que hay un programa escrito desde hace varios años en los anaqueles de la CVC, y ni siquiera de controlar el problema de la minería ilegal.No tengo idea de quién será el próximo gobernador, pero ojalá no sea uno de esos malandrines que no tienen ni la menor idea de la historia y la grandeza de este “país tan bello pero desventurado”.