El pais
SUSCRÍBETE
Foto de referencia. Migración Colombia tramitó la deportación de la colombiana Echeverría desde Suiza. | Foto: Archivo de El País

Sucia y ridícula

“¿No han notado que la mayoría de los actuales candidatos basan sus campañas más en sentimientos, antagonismos o frases vacías?”.

16 de febrero de 2022 Por: Gerardo Quintero

La estrambótica campaña electoral que estamos viendo, además de sucia ha puesto de manifiesto la capacidad que tienen muchos aspirantes para hacer el ridículo o intentar acabar con el prestigio que tienen.

En este último caso, me sorprende que un político a quien considero serio e inteligente como Óscar Iván Zuluaga, se haya prestado para bailar reguetón y ponerse un sombrero horroroso, en fin, realmente es triste que por una estrategia de ‘rejuvenecer’ a un candidato lo pongan a hacer el oso.

Pero cuando no es eso, entonces sale un tipo que lidera las encuestas más ‘prendido’ que lucecita de Navidad a echar un discurso en la plaza pública, precisamente donde más se le iban a notar los tragos. Gustavo ‘prendo’ dio ‘papaya’ y ahora le están buscando videos porque descubrieron que allí hay una buena excusa para bombardear su candidatura.

Otras aspirantes se encargan de acabar sus candidaturas sin ‘necesidad de ayuda’, como Íngrid Betancourt. Volvió pedazos su coalición, demostró que no tenía idea de las alianzas en la política colombiana y dio infortunadas declaraciones, por su confusión entre el francés y el español...

Y a propósito de Íngrid, su sobrina Anastasia Rubio, candidata a la cámara, nos sorprendió al exigirle a Rodolfo Hernández que no le plagiara una novedosísima frase que ella y su equipo creativo se habían inventado y que a nadie se le había ocurrido antes: ‘Ni Petro ni Uribe’.

Es que mientras hay candidatos serios como Juan Fernando Reyes, quien con una visión liberal de pensamiento pone en discusión temas como la eutanasia, la política de regulación de las drogas o lograr que las mujeres sobrevivientes al cáncer de mama accedan a las dos prótesis en el menor tiempo sin tanta tramitología, otros no dejan de sorprender con propuestas absurdas como ponerle apellido a las mascotas o peligrosas como llevar policías infiltrados a las universidades del país.

El nivel de debate es pobre. Lo importante es figurar, así sea con ideas absurdas, que te vean en redes sociales, que logres el mayor número de clicks. El politólogo Nicolás Benedetti lo resume en una pregunta: “¿No han notado que la mayoría de los actuales candidatos basan sus campañas más en sentimientos, antagonismos o frases vacías?”.

Y es cierto, los efectistas, la polémica, una frase sin sustento, es lo que parece ser la política hoy. En este engranaje han entrado periodistas, que parecen más activistas de la ideología en la que se enmarcan que informadores. No tengo nada en contra de que los periodistas manifiesten su intención de voto, pero que despotriquen de sus contrarios y parezcan más candidatos que los propios aspirantes, allí la situación comienza a preocupar. La disputa de Coronel y Dávila es una muestra de los linderos a los que estamos llegando en este oficio. Lo más triste es que esto apenas comienza. “Vendrán cosas aún peores”, anunció la Biblia.
Sigue en Twitter @Gerardoquinte

AHORA EN Gerardo Quintero