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Se tiraron la consulta

Colombia es un país tan absolutamente impredecible, caótico y extraño que una consulta para sancionar a los corruptos divide.

23 de agosto de 2018 Por: Gerardo Quintero

Colombia es un país tan absolutamente impredecible, caótico y extraño que una consulta para sancionar a los corruptos divide. Cuando debería existir un consenso frente a una propuesta que busca reglamentar normas, que se dicen ya reglamentadas, pero que no se aplican, surge la desconfianza, el rechazo, la decisión de no participar.

Hasta una consulta como esta tiene que ser politizada, como si la corrupción perteneciera a una ideología. Todos, al final, somos víctimas de ella, pero en tiempos de la división, de la política del odio, de la diferencia de clase, hasta el rechazo a la corrupción nos fragmenta. Qué pobreza de país, qué tristeza que absolutamente nada nos una.

Hay que escuchar a algunos analistas vociferando que esto ya está reglamentado. Y seguramente sí, pero entonces por qué siguen los robos. Por qué siguen los mismos contratistas bandidos. Los mismos políticos malditos abusando del erario. Las mismas ratas gobernando las ciudades o pontificando en el Congreso o en el Concejo. ¿Será que hay tipos de corrupción? ¿Será que la sanción depende de la afinidad con el político de turno o el grado de amistad con el empresario?

País de vergüenza es este. Donde lo que se pierde en el Estado en un año puede fácilmente sobrepasar los 9 billones de pesos, pero todos tranquilos, no es necesaria la consulta, todo está reglamentado. Es más, relajados que el presidente Duque y su partido tienen todo controlado.
El Congreso va a autorregularse, frescos todos. Dan risa o pena, uno ya no sabe ni lo que producen. Y hay incautos que siguen creyendo que los congresistas son capaces de mandarse a la cárcel y bajarse el salario.
Qué siga la piñata, que continúen los robos. Ya vienen las elecciones a alcalde, concejo y gobernadores, la mejor feria para sacar plata, para negociar contratos, para que sigan los mismos con las mismas. Frescos, no hay necesidad de hacer nada más porque todo está reglamentado, todo está en la ley, no se preocupen. Ahhh, pero también hay un proyecto en el Congreso, claro, estén tranquilos que ellos van a decir qué hay que hacer.

Al final a nadie parece importarle este problema, ni siquiera a quienes generan empleo. Una encuesta realizada por Transparencia por Colombia y la Universidad Externado de Colombia a 690 empresarios reveló que el 96 % acepta que se ofrecen sobornos en el entorno de los negocios y que para ganar un contrato deben entregar por lo menos 16 % del mismo en coimas. Sí, al final hasta tienen razón los que rechazan la consulta.

Esto no va a cambiar porque nadamos en la podredumbre y también hay que aceptar que a muchos les gusta, les fascina, se revuelcan en ella.
Pero más allá de contar votos, lo que debería haber detrás de este proceso es el símbolo, el mensaje que significa gritarle no a los ladrones de cuello blanco. Pero ni siquiera, como sociedad, nos unimos para rechazar esta tragedia. Esa es Colombia, empequeñecida por los enormes egos de quienes la habitan.

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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