El pais
SUSCRÍBETE

¡Qué país!

Tal vez lo que asombra de Arturo Char no son las múltiples excusas para no haber asistido a más de 140 plenarias del Congreso.

22 de julio de 2020 Por: Gerardo Quintero

Tal vez lo que asombra de Arturo Char no son las múltiples excusas para no haber asistido a más de 140 plenarias del Congreso, tampoco que tenga más composiciones musicales que proyectos presentados, menos sorprende que su voz no se haya oído en el Congreso más que para cantar o que no tenga ni siquiera un debate memorable que haya hecho destacable su paso por el Congreso.

Lo que verdaderamente asombra es que a pesar de todo eso, haya sido escogido presidente del Congreso por una aplastante mayoría. Estoy seguro que para este hombre, más amante y conocedor de la música y del fútbol, es una verdadera ‘mamera’ asistir al parlamento y como está la cosa, lo entiendo perfectamente. Incluso el mismo día de la posesión se le vio afanado por terminar esa ‘vaina’ cuanto antes.

Sería hasta jocoso escuchar en su discurso que la reforma a la Justicia será una de las discusiones que liderará durante su presidencia sino fuera porque precisamente este hombre, Arturo Char, es investigado por la Corte Suprema luego de que su coterránea y antigua aliada política Aida Merlano (a quien ahora desconocen) lo acusara de corrupción electoral.

La verdad es que al final Char es solamente el síntoma de ese cáncer que carcome a la política y al decadente establecimiento colombiano. Esas mayorías, en lugar de darse cuenta que con ese tipo de decisiones lo único que logran es acentuar la percepción de que el Congreso es un nido de confabulaciones, amiguismos, y corrupción, prefieren continuar con esas prácticas que justamente tienen a este organismo entre los de menos credibilidad en el país.

Estoy seguro que Char, como buen ‘quillero’, debe ser un tipazo. Mamador de gallo, contador de chistes, cantante de vallenatos, generoso con sus amigos, exitoso con las mujeres… Pero es que eso no es suficiente para ser congresista y menos para ser presidente. O tal vez esto cambió y yo me quedé en otro tipo de representación y en otros valores. Tal vez, como decía Álvaro Gómez, otrora gran figura del Congreso, se necesita un acuerdo sobre la fundamental. Y por allí pasa también el cambio en el Congreso.

Arturo Char es una ficha dentro de un juego profundo que apenas conocemos por encima. Es heredero del clan barranquillero y ya que al viejo Fuad no lo dejaron ser presidente, impone su plata y poder costeño entronizando a su aburrido hijo. Es, además, el anuncio de la casa Char de que van a apostar para que Alex, exitoso alcalde, dispute el báculo presidencial. Solo faltará el guiño de ‘presidente eterno’ y todo quedará consumado. Y como si fuera poco al otro lado designan a una señora que estuvo haciendo la guerra por décadas y en vez de reconocer semejante gesto de reconciliación y aceptar los graves delitos que las Farc cometieron contra cientos de menores de edad, ni se da por enterada.

! Qué país!

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

AHORA EN Gerardo Quintero