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¿Por fin el tren de cercanías?

Es un desperdicio que la capital del Valle, con semejante sistema que atraviesa la ciudad de norte a sur, haya dejado perder un modelo de transporte que hubiera solucionado muchos de los problemas que hoy arrastra.

2 de mayo de 2018 Por: Gerardo Quintero

Uno de los recuerdos más hermosos de mi niñez fue la vez que mis abuelos maternos me llevaron en tren a Buga. La compañía de mis viejos queridos, la salida desde la estación del Ferrocarril, el estrepitoso sonido de los vagones, el movimiento acompasado del tren. Fue una experiencia inolvidable. El siglo pasado Colombia tuvo uno de los sistemas ferroviarios más completos de América Latina. Atravesaba el país con sus 3.300 kilómetros de vía férrea y fue motor de desarrollo. Hoy Colombia no usa ni el 10% de esa vía. Los grandes intereses desplazaron al tren. El sistema ferroviario que era del Estado fue marchitado con la complicidad de los gobiernos para enriquecer a particulares, así de sencillo.

No hay nada más útil y eficiente que el tren para mover carga. Pero también para conectar poblaciones aisladas, sino que lo digan en la India, China o Estados Unidos. El tren es un modelo de transporte probado a lo largo de la historia. Qué oportuno que la Gobernadora del Valle haya puesto sus ojos en el tren de cercanías y esté liderando este proyecto junto con los alcaldes de Cali, Jamundí, Palmira y Yumbo.

Es un desperdicio que la capital del Valle, con semejante sistema que atraviesa la ciudad de norte a sur, haya dejado perder un modelo de transporte que hubiera solucionado muchos de los problemas que hoy arrastra. Imaginen una estación en el sur, cerca de las universidades, y que los estudiantes pudieran tomar el tren y llegar a su sitio de estudios sin tener que montarse en ese MÍO atestado o, peor, en un pirata. Solo pensarlo emociona.

“Queremos que sea un proyecto grande para el Valle y eso lo empezamos a cristalizar ahora”, dijo la gobernadora Dilian Francisca Toro cuando se firmaron los compromisos para iniciar los estudios. Y es una certeza lo que dice porque de finiquitarse ese proyecto pasará a la historia del departamento. Cali y los municipios vecinos tendrían una posibilidad única de interconectarse, de manera limpia, ágil, segura. Con el tren, Cali sí podría decir que tiene un sistema de trasporte integrado y no se dependería de un modelo cuestionado por la mayoría de usuarios como el MÍO.

Ahora, este sueño necesitará no solo del liderazgo de la Gobernadora sino del compromiso político de los alcaldes de Cali y Jamundí. La vía férrea está ocupada por parqueaderos, restaurantes, talleres. Todo el que quiso robarle espacio lo hizo en medio de la negligencia de las administraciones de estos municipios. Nada se logrará con estudios que implicarán millonarias inversiones si los gobiernos no se amarran los pantalones y desalojan. ¿Se quedará el proyecto en un embeleco más de esos que estamos acostumbrados los vallecaucanos? Confío en el empuje de la Gobernadora para sacar adelante un esfuerzo de región de estas características. Pero si no comienzan con un cronograma real desde ya es mejor que no boten corriente.

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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