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Perdimos el año

Muy triste que el secretario de Educación de Cali, Mario Hernán Colorado,...

9 de septiembre de 2010 Por: Gerardo Quintero

Muy triste que el secretario de Educación de Cali, Mario Hernán Colorado, saque pecho frente al informe de la Contraloría que aunque raja, nuevamente, el plan de cobertura educativa no plantea hallazgos fiscales; y por lo tanto, en sus propias palabras, “se puede decir a la comunidad que no nos estamos robando plata”. Si eso tranquiliza a Colorado estamos mal, muy mal. El primero que debería saltar de la silla, promover un cambio estructural en este sistema y pedirle a la Contraloría Municipal que lleve esta investigación hasta las últimas consecuencias debería ser el propio funcionario. Pero por lo visto y escuchado, este programa está condenado a ser la cenicienta de cuanta administración llega a regir los destinos de la ciudad. Cuando no se roban los recursos, como pasó durante la Administración de Apolinar Salcedo, en complicidad con algunos honorables concejales, en otros gobiernos deciden voltear la cabeza y conformarse con pañitos de agua tibia dicendo que “por fortuna no hay hallazgos fiscales y no se perdió la plata”. Valiente consuelo para una ciudad en la que estamos preocupados debatiendo qué hacer con nuestros niños y jóvenes que se están matando en las calles. Es hora de un verdadero revolcón a un programa que busca brindarles educación a cerca de 150 mil estudiantes caleños y en el que el Estado invierte $85 mil millones. Hay que recordar que ya en enero del año pasado, un informe de la Contraloría Municipal también advertía que al menos 33 instituciones educativas con las que se contrató este programa de ampliación de cobertura habían cometido serias irregularidades de tipo administrativo. ¿Alguien sabe qué pasó con la consabida investigación? ¿Alguien sabe qué ocurrió con los correctivos? Yo sí lo sé: NADA. Nada porque en la Alcaldía caleña no existe una dependencia más politizada que la Secretaría de Educación y les puedo asegurar que adentro hay una pelea interna entre el secretario y sus subsecretarios porque cada uno quiere imponer sus propias políticas, hecho que incluso ha provocado molestias en el Alcalde, quien ha pedido unificar criterios de selección de colegios y hasta de políticas educativas. Es hora de que el médico Jorge Iván Ospina le meta la mano al tema de la educación. Sí, muy bien lo de la construcción de las ciudadelas, son espectaculares, bien diseñadas, grandes edificios, pero no nos ganamos nada si la calidad de la educación que se prestará allí y en el resto de instituciones es deficiente, sus estructuras están deterioradas, los profesores no son calificados, las baterías sanitarias están dañadas, las zonas de recreación están en un tercer piso, las escaleras no tienen pasamanos. Suena a frase de cajón, pero es verdad: esos niños son el futuro de esta ciudad.

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