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Los retos del país

¿Cómo lograr que Colombia, a la vuelta de 20 años, dé el salto económico que urge para no quedar como una nación rezagada?

4 de octubre de 2017 Por: Gerardo Quintero

¿Cómo lograr que Colombia, a la vuelta de 20 años, dé el salto económico que urge para no quedar como una nación rezagada? Ese planteamiento de Luis Guillermo Restrepo, director de Opinión de El País, quien moderaba uno de los conversatorios del encuentro ‘Cali, Epicentro de Desarrollo y Paz’, bastó para que el murmullo se tomará todos los rincones del Teatro Municipal.

Las respuestas de los expertos de la ONU, el BID y el Banco Mundial, entre otros panelistas, fueron disímiles, pero con un mismo ingrediente. Todos coinciden en que Colombia no podrá mejorar sus índices de crecimiento y productividad sin una mejora en la competitividad y el desarrollo de la infraestructura, esta última entendida no sólo como el desarrollo de nuevas vías, si no de un país que se asuma en plena conectividad.

Pero dos aspectos claves quedaron flotando en el aire para lograr este salto cualitativo necesario para entrar a las ‘grandes ligas’. Los expertos coincidieron en que sin un salto educativo planeado es imposible ser competitivos a futuro. No hablamos sólo del acceso, sino también de la calidad que permita tener personas preparadas para enfrentar los retos que el sector privado necesita para crecer.

Durante el debate también se planteó la necesidad de que la empresa privada se ‘meta al barro’ y no viva de espaldas a las realidades de su territorio. La riqueza, la empleabilidad, el salto económico y social de un país lo lidera la empresa privada, ese es el ejemplo en Corea del Sur, Singapur y hasta Chile, para no ir más lejos. Por eso se hizo hincapié en una propuesta que puede resultar polémica, pero es sensata a todas luces: los empresarios honestos son los indicados para marcar la agenda de nación, no los políticos, porque estos últimos tienen otras preocupaciones, muy personales y, sobre todo, son pasajeros. Las administraciones duran un tiempo determinado, las empresas continúan y son las que generan empleo y bienestar.

Tal vez el planteamiento más ‘picante’ fue el del exviceministro Juan Ricardo Ortega, quien dijo que para transformar el país hay que encontrar un punto común que nos una, una idea de nación en la que todos estemos de acuerdo. Propuesta que ahora parece no encontrar asiento en ninguna parte. Recordé entonces al escritor Enrique Serrano, quien escribió recientemente el libro ‘¿Por qué fracasa Colombia?’. Cuando le pregunté por el título justamente, me respondió que el problema del país es que históricamente ha estado dividido, nunca ha encontrado un motivo de unión, más allá de la Selección de fútbol. Y sí, cuando no hay identidad de país, no hay objetivos comunes, ideales compartidos, es difícil progresar porque siempre habrá alguien que se devuelva y retrase al resto. Repasen la historia y verán, las grandes naciones se construyeron, o mejor, se reconstruyeron a partir de un objetivo común, las divisiones políticas no impidieron marchar por el mismo sendero y buscar un crecimiento compartido. ¿Logrará Colombia dar ese salto, sobre todo en su espíritu?

Sigue en Twitter @Gerardoquinte

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