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El verdadero desarme

En la medida que se avance en el proceso de paz con...

21 de agosto de 2014 Por: Gerardo Quintero

En la medida que se avance en el proceso de paz con la guerrilla de las Farc, el clima político y social se tornará cada vez más espeso y complejo para allanar este camino. El debate alrededor de las víctimas fue un buen pulso para medir el interés, la sensibilidad y la disposición de los colombianos en relación con el proceso de paz.Los desafortunados trinos de la representante María Fernanda Cabal atacando a Ángela María Giraldo, una de las víctimas (su hermano diputado fue asesinado por las Farc) que viajó a La Habana y los posteriores insultos y amenazas que recibió demuestran que el camino para lograr una reconciliación en este país, pasa más bien por desarmar unos espíritus llenos de odio.Aquí en este país a nadie le han importado las víctimas sino es para mostrarlas como trofeo y cuando se abre el espacio para que ellas expresen su dolor, puedan catalizar todo su sufrimiento, mirar cara a cara a sus victimarios y participen, de alguna forma, en lo que se discute en La Habana, entonces las acusan de sufrir síndrome de Estocolmo, de ser cercanas de las Farc, que son falsas víctimas, que son infiltradas, etc.Cada vez la fractura de este país se hace más evidente. Un país lleno de rabia, dolor, odio, sobre todo eso, un odio profundo, arraigado quién sabe desde hace cuántas generaciones. El mismo en el que no hay dudas a la hora de pensar en la eliminación física del otro, pero sí muchas cuando se trata de darle una oportunidad a un salida pacífica. No habrá terminado la discusión por las víctimas de este conflicto que se desplazarán a La Habana y se vendrá otro debate con una complejidad absoluta: Qué hacer con los futuros desmovilizados de la guerrilla. Ya los generales (r) de la Policía y el Ejército advirtieron que ni se les ocurra pensar en integrar a algunos de ellos a los cuerpos armados del Estado. Otros, ante la posibilidad de que esos desmovilizados, después de una preparación especial, sean los encargados de adelantar los procesos de sustitución de cultivos ilícitos, han levantado su voz para decir que es como poner al zorro a cuidar a los pollitos.Entonces, ¿qué vamos a hacer con estos desmovilizados? ¿Algún empresario piensa darles trabajo? ¿Está usted dispuesto a subsidiar, por ejemplo, la educación de los hijos de estos exguerrilleros? Es más, ¿podría contemplar siquiera tener de vecino a un desmovilizado? No sé, pero considero que lo primero para lograr una reconciliación en este país será hacerse un examen de consciencia para destruir todos esos demonios de la ira y el odio que son fáciles de distinguir en tantos trinos y comentarios en la web que no ofrecen otra alternativa que seguir poniendo muertos.

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