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El HUV, sin remedio

Antes de marcharse destituido, el ex gobernador Juan Carlos Abadía planteó una...

10 de febrero de 2017 Por: Gerardo Quintero

Antes de marcharse destituido, el ex gobernador Juan Carlos Abadía planteó una terna para dirigir los destinos del principal centro de salud del suroccidente colombiano, es decir, el Hospital Universitario del Valle, HUV.Pues bien, la idea del ex gobernador era clara: quería dejar listo su encargado en el centro asistencial y garantizar así sus cuotas políticas en uno de las más importantes instituciones de la región.Los candidatos (o mejor las candidatas) son María Lucero Urriago, actual directora del hospital, Claudia Marcela González y Olga Lucía Aguilar. Fuentes cercanas al proceso de selección del cargo dicen que la opcionada, obviamente, era María Lucero Urriago, una persona clave para Abadía y a quien se le reconoce la tarea de ‘acabar con los vestigios’ del Ospinismo en el Hospital Universitario del Valle.Urriago, según hacen cuentas los amigos del Alcalde, sacó a cerca de 200 personas ligadas a Ospina. Estas decisiones, claramente, abrieron un frente de batalla entre Ospina y Abadía y convirtieron al hospital en una versión más de la pelea que también han sostenido ambos personajes en el Dagma, la CVC, los Juegos Nacionales y el orden público, entre otros temas.Una vez conocida la terna, mis fuentes me cuentan que el Alcalde saltó en cólera y pidió a su ficha en la junta directiva, el médico Alejandro Varela, secretario de Salud, que buscara todas las fórmulas posibles para desbaratar la terna y evitar que Abadía nuevamente nombrara al director de la institución. Todo indica que finalmente Ospina no logró su cometido y que perdió su espacio en el hospital. Nuevamente, el encargado de hacer las evaluaciones de los candidatos (como lo hizo en la CVC) es la Universidad Santiago de Cali, institución que en los mentideros (o metederos) políticos es vinculada con el controvertido Partido de Integración Nacional, PIN, muy de la entraña del gobernador defenestrado Juan Carlos Abadía.Desde el sindicato del HUV, la Alcaldía de Cali y otras instituciones, se han dado a la tarea de investigar si las otras dos aspirantes al cargo (Claudia Marcela González y Olga Lucía Aguilar) también son cercanas al PIN. Para mí no sería raro que resulte cierta esta sospecha, ya que confirmaría una de las razones por las cuales Abadía habría decidido ponerlas en la terna.Además, refrendaría el gran poder que mantiene este partido (el gran ganador de las elecciones parlamentarias en el Valle) en el Hospital Universitario, donde incluso la esposa de uno de los altos dirigentes de este movimiento en la región tendría un gran poder de contratación en la entidad de salud. Es evidente que hoy el Hospital es un escenario más de una batalla política. Los puestos, dice gente de adentro, son asignados dependiendo del padrino político, y que lo que queda de Ospina, generalmente huele bastante mal para los administradores de hoy de la institución. Las relaciones entre el Primer Mandatario y Abadía, está claro, permanecen en cuidados intensivos. Mientras esto sucede, el HUV sigue con los mismos problemas de hacinamiento de siempre, la larga espera de los pacientes por un turno y con el sobrecogedor dramatismo que significa entrar a su sala de urgencias.

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