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El erotismo del FMI

Las perversas prácticas del famoso y poderoso Fondo Monetario Internacional acaban de...

13 de junio de 2011 Por: Fray Luis Patiño

Las perversas prácticas del famoso y poderoso Fondo Monetario Internacional acaban de ser desenmascaradas por la libidinosa conducta de su director-gerente, Strauss-Kahn.El FMI ha abusado desde su creación de los países pobres de América Latina y ahora hace lo mismo con los países europeos que están en crisis como Grecia, Irlanda y, recientemente, España. Chupa la sangre del pueblo para salvar el opresor sistema bancario que, para saldar sus deudas, arrasa la sociedad, produce desempleo, privatiza bienes públicos, disminuye salarios, retrasa la edad de jubilación, prolonga la jornada laboral.El FMI es el que articula todas esas políticas mundiales que concentran la riqueza en pocas manos y distribuyen pobreza en la mayoría de la población, de acuerdo con la estrategia del capitalismo salvaje, que todo lo convierte en mercancía de compra-venta y ocasión de ganancia, desde los bienes comunes como el agua, los suelos, las semillas, hasta los órganos humanos, los niños, el sexo y las mujeres prostituidas por el sistema.En esa escuela del FMI Strauss-Kahn aprendió a acosar, violentar y violar a una pobre mujer africana, viuda y madre de una hija de 15 años. Las tradicionales prácticas del FMI le enseñaron a correr desnudo y en plena erección detrás de una camarera negra en la elegante suite 2806 del hotel Sofitel de Nueva York, hasta sujetarla y forzarla a practicar sexo. Para él todo eso no era nada extraordinario; era una víctima más entre las tantas víctimas del FMI.A esa mujer, por quien nadie se interesa, la encontró la Policía detrás de un armario, llorando y vomitando, traumatizada a causa de la violencia del perverso y morboso desconocido huésped de la elegante suite.Con esta horrible y ridícula escena podemos calibrar la dimensión del sufrimiento y la humillación de tantas mujeres que son secuestradas, violadas y vendidas como esclavas del sexo.Lo peor de todo es que ese machismo patológico no es especialidad de los grandes personajes de nuestro mundo, ni las víctimas son sólo humildes mujeres marginadas. Eso mismo sucede en gran escala en medio de nuestra hipócrita sociedad, al interior de numerosas familias y en la relación de pareja, con formas cada vez más sofisticadas. Ahora tendremos el gran show mediático del juicio a Strauss, con todos los detalles obscenos del caso. Pero, me pregunto: ¿Cuando vamos a juzgar y condenar el acoso, la violencia y las violaciones del FMI?