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Un proyecto estratégico

La decisión de priorizar la construcción de la Conexión Pacífico-Orinoquía dependerá sin duda del próximo gobierno. Pero en los meses que restan del actual es mucho lo que se puede hacer: declararlo Proyecto de Interés Nacional Estratégico a fin de darle celeridad a los estudios y procesos de licenciamiento, definir su estructura financiera, y una gerencia público-privada al más alto nivel para darle dirección y seguimiento.

15 de octubre de 2017 Por: Francisco José Lloreda Mera

Entre los logros incuestionables del gobierno está el impulso dado a la infraestructura, entre ellas, la vial. Hace décadas no se hacía un esfuerzo tan importante para poner al país medianamente al día en la materia, pese a demoras y trabas inaceptables. Pero hay un proyecto que si bien avanzó en sus estudios en los últimos años, está llamado a ser prioridad en un próximo gobierno: la conexión vial entre el Pacífico y la Orinoquía.

Se trata de una obra vial que busca unir Puerto Carreño y Buenaventura, atravesando la totalidad del país de manera transversal, por los departamentos de Vichada, Meta, Huila y Tolima hasta el Valle del Cauca, por un nuevo cruce de las cordilleras Oriental y Occidental. Un corredor entre el Asia Pacífico, el suroccidente y el interior del país, con una región rica en recursos naturales y un inmenso potencial económico y social.

Es un proyecto complejo desde el punto de vista técnico por el cruce de cordilleras y la construcción de varios túneles y puentes -incluida la opción de un tramo férreo- en un trayecto de 1.400 kilómetros. También es exigente en lo social y ambiental pues pasa o circunda varias comunidades indígenas y algunos ecosistemas sensibles. Es además un proyecto costoso, pues se estima en $18 billones, aunque se justifica y con creces.

La buena noticia es que ya es parte del Plan Maestro de Transporte Intermodal 2015-2035 y que el Instituto Nacional de Vías, Invías, ha avanzado en los estudios y diseños de dos de los tramos más importantes: el del cruce de la Cordillera Occidental y el que comunica Puerto Arimena en el Meta con Puerto Carreño en el Vichada. Y el Batallón de Ingenieros del Ejército, a su turno, está trabajando en otro de los tramos de la vía.

La mala noticia es que está previsto como un proyecto de largo plazo y que al paso que va estaría listo en treinta años. ¡Una vía de tanta importancia no da espera! Si hay una iniciativa con posibilidad de cerrar la brecha entre la Orinoquía y el resto del país, es esta. Es más, si tocara escoger una obra vial para sacar del abandono y la desidia del Estado a unos territorios azotados por violencia armada, esta es sin duda una de ellas.

Es urgente entonces darle prioridad. Las Autopistas de la Prosperidad, en Antioquia, para citar un ejemplo, un complejo vial muy importante para el noroccidente y el país, tienen un costo similar ($15 billones; 95% financiada por la Nación) y se espera estén listas en unos cinco años. ¿Por qué no hacer un esfuerzo similar con una vía llamada a conectar y a reconciliar dos Colombias que han estado aisladas durante varios siglos?

La decisión de priorizar la construcción de la Conexión Pacífico-Orinoquía dependerá sin duda del próximo gobierno. Pero en los meses que restan del actual es mucho lo que se puede hacer: declararlo Proyecto de Interés Nacional Estratégico a fin de darle celeridad a los estudios y procesos de licenciamiento, definir su estructura financiera, y una gerencia público-privada al más alto nivel para darle dirección y seguimiento.

Este último impulso y el compromiso de quienes aspiran a gobernar a Colombia con la iniciativa, son los pasos a seguir. En buena hora autoridades, gremios y fuerzas vivas del Valle del Cauca, Huila, Tolima y la Orinoquía, han decidido unirse para solicitar, de manera respetuosa pero firme, que la Conexión Pacífico-Orinoquia, sea una prioridad. Difícil pensar en un proyecto más estratégico y visionario para el desarrollo del país.

Sigue en Twitter @FcoLloreda

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