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Tan cerca y tan lejos

El Gobierno Nacional anunció hace una semana inversiones por el orden de US$400 millones para el Pacífico y en especial para Buenaventura, Quibdó, Guapi y Tumaco.

12 de febrero de 2017 Por: Francisco José Lloreda Mera

El Gobierno Nacional anunció hace una semana inversiones por el orden de US$400 millones para el Pacífico y en especial para Buenaventura, Quibdó, Guapi y Tumaco. Son recursos de un crédito con el Banco Mundial, espina dorsal del programa ‘Todos Somos Pazcífico’, llamado a complementar las inversiones del gobierno central y de las entidades territoriales en esa región, para reducir la pobreza e inequidad.

De los recursos del crédito, $82.800 millones se destinarán para el alcantarillado de Quibdó, lo que permitirá que la cobertura llegue al 51,16%; $59.400 millones para dos tanques de almacenamiento en Buenaventura permitiéndole a sus habitantes pasar de un suministro de 9 a 13 horas diarias; y $ 130,000 millones en proyectos de energía eléctrica en Chocó y Nariño para 10.000 habitantes, entre otros proyectos.

Si a lo anterior se suman proyectos como la doble calzada a Buenaventura (que algún día concluirá), el malecón del puerto (cuya primera fase ya se inició pese a haber sido propuesto 16 años atrás), o la Acuapista del Pacífico (cuya primera etapa conectará a Francisco Pizarro -en Nariño- con Guapí -en Cauca-, a través de esteros) y las plantas de energía de Tumaco, se aprecia un interés del nivel central por el Pacífico.

Pero la pobreza de la región Pacífico es profunda. En reciente estudio realizado por el Banco de la República, se establece que mientras la incidencia de la pobreza en Bogotá en 2015 fue de 10,4%, y a nivel nacional de 27,8%, en el Cauca fue de 51,6%, en Chocó 62,8%, en Nariño 40%, y en Valle 21,5%. En Chocó, el índice de pobreza en 2001 era 1,4 veces el nacional y en 2015 subió a 2,3 veces, y a 6,5 veces el de Bogotá. (1)

Otro indicador igual de angustiante es el de pobreza multidimensional que incluye quince variables. Éste indica que en 2015, el 33,8% de la población del Litoral Pacífico vivía en condición de pobreza comparado con un 20% del promedio nacional, con un 15,7% del Valle del Cauca (sin los municipios del Litoral), y 4,7% de Bogotá. De 47 municipios del Litoral Pacífico, sólo cinco tienen una tasa de pobreza menor al 80%.

De acuerdo con el estudio los aspectos más críticos del Litoral Pacífico son, la bajísima cobertura en acueducto (41,1%) y alcantarillado (27,5%), y la baja cobertura y calidad educativa en la básica y media -lo que impide una movilidad social intergeneracional generando un círculo vicioso difícil de romper-. Situación que empeora con la precaria infraestructura e institucionalidad, y la presencia de distintos tipos de criminalidad.

“Pequeños cambios de la política económica no tienen efectos sobre el crecimiento a largo plazo. Sólo importan los grandes cambios, aunque sean temporales”. La frase, de Sala-i-Martín, lo dice todo. Es lo que se decidió hacer en Tumaco y que al parecer está a medio andar por la crisis fiscal. El Pacífico requiere una apuesta audaz de país, un Big Push. Pero no a largo plazo: a cinco años, así cueste, y con garantía de ejecución.

Seguramente el actual Gobierno Nacional es de los que más importancia le ha dado al Pacífico. Pero debemos hacer más. La pobreza que carcome al Pacífico -como se mida-, duele. Debería darnos vergüenza como colombianos que no hayamos sido capaces de sustraer a esta bellísima región y a sus habitantes del abandono en que se encuentra. Pobre Litoral Pacífico, tan cerca y tan lejos del corazón de los colombianos.

(1) ‘La persistencia de la pobreza en el Pacífico Colombiano y sus
factores asociados”. Banco de la República, junio 2016.

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