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Mente positiva

El inicio de un nuevo año es una ocasión para hacer borrón...

8 de enero de 2017 Por: Francisco José Lloreda Mera

El inicio de un nuevo año es una ocasión para hacer borrón y cuenta nueva; para dejar atrás lo malo y potenciar lo bueno. Si bien es imposible romper con el año que termina pues sólo un segundo separa el uno del otro, el cambio de calendario es una magnífica excusa para recargar energías y tener propósitos nuevos. Pero hay casos en los que hacer un corte y tomar aire se dificulta. Ese parece ser el caso en la transición al 2017.El 2016 no fue un año cualquiera y a juzgar por los hechos tampoco lo será el 2017. Sucedieron hechos determinantes que contribuirán a delinear el futuro del país. El acuerdo de paz con las Farc, la crisis en los precios del petróleo, la aprobación de otra reforma tributaria, y el triunfo de Donald Trump, marcaron el año que termina y serán claves en el 2017, al punto de que podría percibirse como una prolongación del 2016. El acuerdo de paz con las Farc marcó el 2016 pero su prueba de fuego será el 2017. El papel puede con todo; implementar lo acordado es otro cantar. Más cuando existen tantas expectativas, polarización, y una campaña presidencial en ciernes. Y un grupo guerrillero mañoso pendiente de negociación, que se debate entre aspirar a llenar los espacios que dejan las Farc o seguir su ejemplo y negociar, exigiendo lo mismo o más.Lo peor de la crisis petrolera parece haber pasado pero su impacto en el desarrollo del país no. El sector aportó a las finanzas nacionales 200 billones de pesos en los últimos diez años; en 2016, cero. Un boquete que no ha sido posible llenar ni con dos reformas tributarias. El 2017 se ve con más optimismo por el leve incremento en los precios y las medidas adoptadas para reanimar la industria, pero el coletazo de la crisis no cesa.La tributaria generó y seguirá generando ruido. Conciliar una urgencia fiscal de corto plazo con una reforma de alcance estructural no es fácil; se corre el riesgo de no lograr lo uno ni lo otro. Si era la reforma esperada es una discusión de nunca acabar pues dependiendo de cómo le va a cada uno en ella, se juzga. Lo único cierto es que tocaba hacerla, y que los colombianos empezaremos pronto a sentir al apretón en el bolsillo. Como corolario de lo señalado está la elección e inicio del Gobierno de Donald Trump. Muchos siguen perplejos esperanzados en que haga lo contrario de lo prometido. Más allá de las explicaciones y análisis de lo sucedido, lo importante ahora es saber qué va a hacer como Presidente y en particular, cuál será su política hacia América Latina y hacia nuestro país, y en temas claves como los acuerdos de paz y los cultivos ilícitos. El 2017 se anticipa entonces movido. Por los temas heredados y los que surjan; si algo sabemos en Colombia es que no hay tiempo de aburrirse, y de escasear problemas los inventamos. Pero el que se vaticine como un año movido no significa que sea malo; de nosotros dependerá convertir en oportunidad los acuerdos con la guerrilla, ser más competitivos, que nuestra economía se fortalezca, y tener buenas relaciones externas.El que éstos y otros hechos evolucionen bien dependerá principalmente del Gobierno Nacional y de otras entidades del Estado -en particular el Congreso, las altas cortes, y las entidades regionales. Pero nuestras acciones como ciudadanos son importantes. El destino se construye con piezas del pasado y sueños del futuro, pero ante todo, con la voluntad y creatividad del presente. Mente positiva y que el 2017 sea un gran año.

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