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Intocable por ahora

Mientras más se sanciona, aísla y condena al régimen ruso, más escala la guerra.

27 de marzo de 2022 Por: Francisco José Lloreda Mera

En la guerra de Ucrania, Putin ha violado prácticamente todas las leyes internacionales. Sin embargo, no hay cómo hacerlo responder penalmente por los crímenes cometidos; al menos por ahora la justicia internacional no puede tocarlo. Tendrían que derrotarlo militarmente o los ciudadanos rusos tumbarlo para intentar judicializarlo. Escenarios poco probables, al menos en un futuro cercano y menos cuando la guerra se intensifica.

Putin ha transgredido la Carta de Naciones Unidas, los Convenios de Ginebra sobre la Guerra e incurrido en todos los delitos de competencia de la Corte Penal Internacional, CPI: genocidio, crímenes de guerra, lesa humanidad y agresión. Y tendría que responder como máximo determinador de dichas conductas aunque él no haya disparado un solo tiro. Y debería pasar el resto de su vida en una cárcel. Pero eso no va a pasar, por ahora.

No va a pasar por tres razones: la primera, porque Rusia no es Estado Parte del Estatuto de Roma, tratado que crea y otorga competencia a la CPI; la segunda, porque si bien el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas podría remitir el caso al Fiscal de esta Corte, no lo hará pues Rusia es parte del Consejo y tiene poder de veto; y la tercera, porque esa misma capacidad de veto le impide a Naciones Unidas actuar contra el líder ruso.

Es decir, por más razones que existan para acusar y enjuiciar al presidente ruso por los delitos atroces cometidos en Ucrania, no es fácil que eso ocurra. Por eso, la investigación que adelanta la CPI es un saludo a la bandera, igual la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas suscrita por 141 de 193 países miembros rechazando la invasión. Son actos simbólicos de respaldo a Ucrania y de condena a Rusia, pero de ahí no pasan.

Como se advierte al inicio, los únicos escenarios en los que Putin puede terminar en la cárcel son, si es derrotado militarmente o si lo tumban los ciudadanos rusos y llegase un gobierno que lo juzgue o que no se oponga en el Consejo de Seguridad a que lo haga la CPI o un tribunal especial. Y por más resistencia y patriotismo del pueblo ucraniano no se prevé su derrota militar ni una insurrección interna y exitosa en Rusia en su contra.

No significa que no pueda ocurrir, pero no a corto plazo. Mientras más se sanciona, aísla y condena al régimen ruso, más escala la guerra. Si algo queda claro de las reuniones de Biden con la Otan, la Unión Europea y el G7 en Bruselas y la visita a Polonia, es que la posibilidad de que Estados Unidos se involucre más en la guerra, crece; envía soldados, armas y dinero a Europa y dice que si tocan a un país aliado, responderá militarmente.

Y por más rechazo de algunos sectores sociales y ciudadanos rusos contra Putin, dista de ser una fuerza con capacidad de hacer tambalear al régimen. Es factible que con los días y ante las penurias de la población rusa, resultantes de las sanciones económicas, crezca la oposición. Por lo pronto desconecta sectores del internet global, somete a sus detractores y amordaza a los medios. Un régimen de terror comparable con el de Stalin.

En conclusión, Putin es intocable penalmente. No hay manera de judicializarlo y lo más probable es que nunca ocurra y que se salga con la suya en el marco de una negociación que ponga fin a la guerra y le permita salvar cara. Pero la vida da vueltas y no se debe descartar que con los años y de estar fuera del poder, se le juzgue en Rusia, en la Corte Penal Internacional o en un tribunal especial. El tiempo lo dirá. Por lo pronto solo se vislumbra una mayor tensión, más crímenes atroces en Ucrania e impunidad para Putin.

Sigue en Twitter @FcoLloreda

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