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Selección de dirigentes

¿Cómo se afecta la gobernabilidad democrática? Pues parece evidente que ésta se debilita. Como que la fuerza política que dio lugar al triunfo no es sostenible y pronto ello se hace notorio.

14 de junio de 2019 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Buscando nuevos caminos. Ésta es la situación que generó la elección presidencial de Donald Trump en los Estados Unidos. Muy pronto diferentes académicos se plantearon cuál sería el mejor procedimiento para seleccionar los candidatos a función tan trascendental en cualquier país. Se preguntan cómo fue posible que, no obstante que más de quince candidatos compitieron por la candidatura republicana, una persona como Trump hubiera logrado imponerse. Y como, finalmente no hubo alternativas. Enjundiosos estudios han sido publicados al respecto. Nada fácil.

En Colombia, debo insistir, los políticos han aprobado todo tipo de calendarios y reglas que han amarrado el juego político. Se requiere conocimiento especializado para manejar una candidatura. Con todo, han ocurrido fenómenos que los han sorprendido porque, por sí solos, han ejercido determinante influencia en el proceso de seleccionar, por ejemplo, los candidatos a la presidencia.

Un ejemplo muy diciente fue la consulta interpartidista que, realmente, definió las dos principales candidaturas presidenciales para este periodo. Es bien sabido que las candidaturas de Petro y Duque quedaron definidas y, más que eso, consagradas en esa consulta. La primera vuelta las reafirmó al eliminar los demás candidatos. Y la segunda vuelta fue el escenario para definir el ganador de la presidencia entre dos políticos que congregaron los votos de partidarios y otros, muchos más, de votantes que así expresaban el antipetrismo o el antiuribismo. Muchos votaban no a favor del candidato sino en contra del otro.

Así las cosas, al día siguiente de la primera vuelta ya existía un partido presidencial que apoyaba al candidato Duque y que se expresó victorioso en la segunda vuelta. Algo similar y hasta inusitado ocurrió en favor del candidato Petro. Así, dos políticos ajenos a las fuerzas tradicionales monopolizaron el favor de la opinión. El partido presidencial pronto se desvaneció. Y algo parecido ocurrió con el de la oposición. El resultado final no ha sido positivo para la gobernabilidad democrática.

En lo referente a la Alcaldía de Bogotá se produjo un fenómeno similar. El referéndum anticorrupción le otorgó una ventaja electoral enorme a Claudia López, quien ya venía construyendo una candidatura en forma disciplinada, persistente y eficaz. Los demás candidatos quedaron en evidente desventaja, cualquiera fuera su trayectoria. Esto revelan las encuestas más recientes.

Así hemos visto el papel preponderante que dos mecanismos bien utilizados, han definido cuáles son las candidaturas con mayores probabilidades de éxito.

Y otros países no son ajenos a estas sorpresas. Macron en Francia en nueve meses arrasó con candidaturas construidas metódicamente durante décadas. Y se convirtió en el Presidente más joven en la historia francesa.

¿Cómo se afecta la gobernabilidad democrática? Pues parece evidente que ésta se debilita. Como que la fuerza política que dio lugar al triunfo no es sostenible y pronto ello se hace notorio. Es más grave en Colombia que en Francia. Y en Estados Unidos y otros países se han generado climas de opinión muy negativos que inclusive han alimentado aún más la preocupación cuasi universal sobre la eficacia de la democracia representativa.

En algunos se ha contemplado la asignación de una especie de bono, o sea unas sillas parlamentarias adicionales, para así asegurar la gobernabilidad. También se ha cambiado el calendario electoral. Habría que seguir este debate y los remedios que se proponen porque se trata de un tema de alta política.

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