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Protesta social

Bienvenida. Es el sustituto del conflicto armado. Los insurgentes o guerrilleros pasan...

16 de julio de 2016 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Bienvenida. Es el sustituto del conflicto armado. Los insurgentes o guerrilleros pasan a ser insurgentes políticos y sociales. Promoverán las más diversas formas de protesta social. Para ello, reforzarán las organizaciones que ya controlan o influyen y desarrollarán otras. Reclutarán nuevos liderazgos. Diseñarán nuevos cronogramas. Entramos a una etapa de máxima conflictividad social, económica, política y étnica. Por eso el concepto de posconflicto es engañoso. No habrá conflicto armado con las Farc y esperamos que tampoco con el ELN y otros grupúsculos. La energía de la muerte y la intimidación se transformará en una poderosa energía para movilizar a la ciudadanía en favor de reivindicaciones que han estado en el congelador. Logrado el silencio de los fusiles y eliminado el miedo al terrorismo, la protesta social será la principal consecuencia del proceso de paz y la herramienta, así se plantea, más eficaz para la construcción de una sociedad justa.Un solo dato es ilustrativo. La Ministra del Trabajo, la admirada dirigente de izquierda, Clara López, en su reciente visita a Washington, recordó que la sindicalización en Colombia es una de las más bajas: ¡3 o 4%! O sea que hay una enorme tarea por delante, que sólo ejecutarán las vertientes de la izquierda. El vínculo entre lucha política, partidos políticos, organizaciones sociales, protesta social, hace décadas dejó de ser preocupación de los partidos políticos tradicionales y de sus nuevas expresiones. Ahora es patrimonio de la izquierda en sus diferentes versiones. A ella sí le interesa el sindicalismo tanto del sector público como del empresarial, las organizaciones estudiantiles, los grupos de intelectuales, los movimientos campesinos, las organizaciones de pensionados y desempleados, etc. Éstos son la columna vertebral de su actividad proselitista.Lo que está ocurriendo con el paro de transportadores de carga o lo que ha ocurrido con la sucesión de paros en el sector judicial (algunos de tres meses que ni se registran o en universidades como la de Antioquia, etc.) son apenas unos atisbos de lo que será la nueva realidad social. La protesta social es una dimensión de la Oposición. Ésta se manifiesta en las corporaciones públicas, en los medios, pero también en cada sector, en las calles, en las carreteras. Será lo normal. Es la nueva movilización. Por eso ‘Timochenko’ dijo que no se estaban desmovilizando sino que se estaban movilizando para crear esta nueva situación.¿Y el establecimiento, si es que existe? ¿Y los empresarios? ¿Y la universidad, los partidos políticos, los gremios y el sector público, el sector agrario y los gobernadores y alcaldes? Se percibe una máxima indiferencia frente a un escenario de máxima conflictividad. ¿Acaso lo que está ocurriendo despertará alguna preocupación constructiva? Porque de lo que se trata es de prepararse inteligentemente para lidiar con una nueva realidad social y política.El presidente Santos en reciente discurso ante la Policía Nacional llamó, claramente, la atención sobre este escenario para que el Esmad se prepare. La protesta tiene que estar regulada para que no se desborde, para que no se traduzca en violencia ni en situaciones tan deplorables como la que estamos viendo y sufriendo. Para que los derechos de la ciudadanía no se vulneren. Una tarea descomunal. La Policía no será suficiente. La protesta social debe ser un ejemplo de convivencia, el espejo de un país en paz.

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