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Festival, foro, ¿campaña?

Qué envidia produce el amplio cubrimiento mediático al Festival Internacional de Teatro...

12 de abril de 2014 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Qué envidia produce el amplio cubrimiento mediático al Festival Internacional de Teatro o el que ha recibido el Foro Urbano Mundial. Si eso se hiciera con la elección del próximo Presidente de la República, las cosas serían distintas. No se hablaría de una campaña sosa o del marasmo que nos agobia y los ciudadanos tendrían ya elementos de juicio para saber por quién votar. La campaña ha quedado reducida a unos anuncios pagados de televisión y de radiodifusión. El manejo de eso que llaman Big Data (el uso sofisticado de muchos bancos de datos) que fue tan determinante en la campaña de reelección de Obama, no parece existir. Es lo que Sasha Issenberg llama el Laboratorio de la Victoria, La Ciencia Secreta de ganar Campañas. ¿Y las redes sociales? Todavía no son tan influyentes.Esta campaña que ni siquiera es de baja intensidad está demostrando que no es necesario dedicarle tantos meses de esfuerzo al intento de capturar la Presidencia. Las imágenes de los candidatos se pueden consolidar en poco tiempo, dado sus antecedentes. Así habrá menos dinero involucrado y, en consecuencia, menos compromisos que deformen el proceso decisorio. Un gran contraste con Estados Unidos en donde la campaña para la Presidencia de Hillary Clinton en el 2016 se inició la misma noche de la victoria de Obama el 6 de noviembre de 2012 (Ready for Hillary).Un distinguido dirigente financiero me comentó que Colombia podía estar tranquila porque ningún candidato generaba un riesgo de mal gobierno o de catástrofe. Todos tienen experiencia en los más altos cargos y su desempeño ha sido bien apreciado. Sobra decir que una campaña de tan bajo perfil no invita a la participación. Sería sorprendente que en la primera vuelta participara el 50% del potencial electoral de casi 33 millones ya depurado. Se lograrían menos de 16 millones de votos. Ojalá esta previsión resulte fallida. Para una mayor legitimidad de las trascendentales decisiones que se avecinan, ayudaría mucho que el Presidente elegido contara con un apoyo contundente. Juan Manuel Santos fue elegido con menos del 30% del potencial electoral aunque el voto que obtuvo equivalía en la segunda vuelta a 69,1% de los votos depositados (menos del 50% del potencial).Recordemos que las encuestas en 2010 habían anticipado un empate entre Santos y Mockus para la primera vuelta. Se equivocaron en 25 puntos: en primera vuelta Santos obtuvo 46,6% y Mockus 21,5%. Y en la segunda vuelta Santos obtuvo una ventaja sobre Mockus de 41,6%. El tamaño de la equivocación de las encuestas fue asombroso. ¿Ocurrirá algo semejante esta vez?No sorprendería si la campaña arranca por fin tres semanas antes del 25 de mayo. Sabemos que la campaña de verdad se dará en la segunda vuelta. Entonces, inclusive, habrá debates en televisión. Preparémonos, pues, para esa etapa.Y anticipemos algunos interrogantes: si la contienda es entre Santos y Zuluaga, ¿Martha Lucía o Peñalosa invitarían a sus seguidores a votar por Zuluaga? ¿Peñalosa podría inclinarse por Santos? ¿Clara López los dejaría en libertad? Y si los que pasan a la segunda vuelta son Santos y Peñalosa, ¿Zuluaga y Martha Lucía apoyarían a Peñalosa? Contemplemos lo impensable: ¿Y si Santos no pasa a la segunda vuelta? ¿Quién tendría la llave del triunfo? Es probable que Santos estaría en capacidad de orientar a sus votantes para decidir quién sería el Presidente. Y aquí la respuesta es obvia.

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