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Cinco años

Se trata de una evaluación bien informada y equilibrada. Ojalá las afirmaciones exageradas que se hacen al respecto reflejaran el contenido de estos informes.

1 de octubre de 2021 Por: Fernando Cepeda Ulloa

Gran cosa. Se cumplen cinco años de la firma del Acuerdo Final que le puso término a la confrontación armada desatada por las Farc hace más de medio siglo. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hace un seguimiento de la implementación del proceso cada tres meses con base en un Informe que le presenta el Secretario General.

La Misión de Verificación adelanta aquí en el terreno el difícil trabajo de observación y análisis de la situación. Inclusive aporta dinero y recursos humanos para esta dispendiosa tarea. El informe se refiere principalmente al periodo entre el 26 de junio y el 24 de septiembre. Y, en esta ocasión, al lustro que se está conmemorando.

Se trata de una evaluación bien informada y equilibrada. Ojalá las afirmaciones exageradas que se hacen al respecto reflejaran el contenido de estos informes. Ni una implementación perfecta del Acuerdo ni, mucho menos, el gobierno lo está haciendo trizas, como se repite sin respeto alguno por la verdad.

Son 105 párrafos precisos, con las estadísticas relevantes y que señalan los avances, las omisiones y las dificultades que padece el proceso.
Afirma que a este ritmo se requerirán 26 años en lugar de los quince contemplados en el Acuerdo para la plena implementación. Es que no es tan fácil como creen muchos.

Es que, además, hay limitaciones económicas notorias. Aunque señala que en algunos temas los presupuestos no se ejecutan plenamente, no se puede desconocer que la pandemia ha comprometido muchos recursos, bloqueado el ingreso de otros y dificultado la actuación en el territorio.
Y, además, está el fenómeno migratorio de venezolanos y de otros grupos que también demanda inmensos recursos. Para no mencionar los costos del paro nacional y de los bloqueos que se produjeron entre abril y mayo de este año. Y para qué aludir a los impactos del cambio climático y otros asuntos que generan nuevos gastos o limitan los ingresos.

En el capítulo de observaciones se presenta un caso positivo sin dejar de tomar en consideración las omisiones y las fallas, principalmente en el tema del desarrollo rural comprehensivo. La JEP es elogiada así como la Comisión de la Verdad y, en general, el trabajo bien reconocido de Emilio Archila. Ven con preocupación algunos recortes en el presupuesto para temas claves.

Es inescapable preguntarse por qué no se hace una evaluación similar sobre el comportamiento de las Farc. ¿Entregaron todos los bienes como se comprometieron? ¿Qué paso con los niños reclutados? Jamás se dio la información pertinente sobre el tráfico de drogas ilícitas, y así lo anotó hace casi tres años el Embajador de Estados Unidos.

Semanas después vino la acusación contra ‘Santrich’ por la eventual venta de 10 toneladas de cocaína a los carteles mexicanos, luego la tortuosa situación que desacreditó algo a las Altas Cortes y al proceso mismo. Algo semejante ha ocurrido con la deserción de varios jefes guerrilleros, la más significativa la del principal negociador, ‘Iván Márquez’, ahora comandante de Marquetalia II cuyas actividades dan lugar a muchos rumores. ¿Y los frentes que tenían el control del negocio criminal de las drogas?

El Secretario General concluye invitando a hacer la unión en favor de la Paz. Sin duda un clamor necesario porque la ruptura de consenso político no ha ayudado ni ayudará.

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