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El valor de las instituciones

Pero lo más extraordinario es que Icesi lo hace con estudiantes que, al momento de ingreso, tienen, en promedio, competencias más bajas que quienes entran a sus universidades pares.

22 de agosto de 2021 Por: Esteban Piedrahíta

Los vallecaucanos hemos perdido la capacidad de asombrarnos con nuestros propios logros. La Fundación Valle del Lili, que realiza 20% de los trasplantes del país y atiende a personas de todas las condiciones sociales, es el mejor hospital de Colombia, y no nos lo creemos. Otra institución que debe ser motivo de orgullo es la Universidad Icesi, quizás la mejor, libra por libra, del país. Espero que los lectores perdonen el inevitable sesgo personal de esta columna. Para mitigarlo en la mayor medida posible, el foco recaerá en la institución—éstas son los verdaderos pilares del desarrollo—y me remitiré exclusivamente a hechos y datos.

El principal logro de una universidad radica en el éxito—ampliamente entendido—de sus estudiantes. En éste juega un papel preponderante el desarrollo en ellos de capacidades como las de razonamiento cuantitativo, lectura crítica, comunicación e idiomas, al igual que de competencias ciudadanas. En 2018-2020, en las pruebas de estado Saber Pro que evalúan estas competencias, los graduados de Icesi se ubicaron entre el segundo y cuarto lugar entre todas las universidades del país. Es notable que Icesi es la universidad menos antigua entre las primeras 10, y que estos resultados los logra a un costo cercano a la mitad de la única que la supera en forma consistente—la Universidad de los Andes.

Pero lo más extraordinario es que Icesi lo hace con estudiantes que, al momento de ingreso, tienen, en promedio, competencias más bajas que quienes entran a sus universidades pares. Un estudio reciente de la Universidad del Norte busca estimar el “valor agregado” de las 17 principales universidades del país, medido según el incremento en puntajes entre las pruebas de ingreso (Saber 11) y de salida (Saber Pro), en las competencias claves de lectura crítica y razonamiento cuantitativo. Este estudio muestra que en los 7 grupos de conocimiento donde participa Icesi (Ingenierías, Administración, Ciencias Sociales, Bellas Artes/Diseño, Medicina y Salud), es la que mayor valor agrega, con diferencia, en 6 y la tercera que mayor agrega en uno.

El perfil del estudiantado de Icesi ha sufrido una transformación espectacular. De tener en el pregrado menos de 5% de estudiantes de estratos 1 y 2 (114) en 2003, en 2020 ese porcentaje era del 43% (2.512), y del 61% si se incluye el estrato 3. Hasta 2012, el estrato más representado era el 5, hoy es el 2; y más del 60% de la población estudiantil tiene beca. Esto hace aún más impactantes sus resultados en otra aproximación al valor agregado. Según el Observatorio Laboral de la Educación Superior, los salarios promedio de los exalumnos de Icesi al año de haberse graduado, así como a los 5 y a los 9, solo son inferiores, en un mercado laboral mucho más limitado, al de un par de universidades de Bogotá.

Pero la apuesta que hizo Icesi hace 18 años por la universalidad—tanto en campos del conocimiento como en diversidad de sus estudiantes— con excelencia, va más allá. En el ámbito de la investigación sus profesores pasaron de 4 registros en las 2 principales bases de datos internacionales de revistas indexadas en 2000, a 51 en 2010 y 572 en 2020.

En la última década la universidad ha triplicado el número profesores con PhD. Más aún, es sede de más de 20 centros de estudios e investigación y observatorios que son la punta de lanza de su esfuerzo de proyección en la sociedad. Todo esto contribuye a que en los rankings mundiales de Quacquarelli Symonds y Times Higher Education, Icesi figure, a pesar de su juventud y menor tamaño, como la quinta mejor universidad de Colombia.

Icesi comprueba que es posible lograr la educación integral, de excelencia e incluyente a costos razonables. Somos todos custodios de instituciones como ésta que son mecanismos singulares de generación de bienestar y transformación social.