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Cuando la Justicia cojea

Ciertas decisiones de nuestros jueces y fiscales en las cuales se imponen sanciones económicas o detenciones carcelarias a algunas personas nos dejan perplejos, por ser excesivas, o insuficientes, frente a los delitos de los que se les acusa.

7 de julio de 2020 Por: Ernesto De Lima

Ciertas decisiones de nuestros jueces y fiscales en las cuales se imponen sanciones económicas o detenciones carcelarias a algunas personas nos dejan perplejos, por ser excesivas, o insuficientes, frente a los delitos de los que se les acusa.

Un ejemplo de lo que parece ser una pena excesiva es la impuesta al exministro Andrés Felipe Arias, a quien no conozco y no es un personaje de mis afectos, más que todo por su afán de asemejarse al entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, al punto que se ganó el remoquete de ‘Uribito’. Tampoco conozco la gravedad de las supuestas pérdidas económicas que en su intento por ser elegido como uno de los candidatos a la Presidencia pudo haberle generado al erario público, pero de lo que sí estoy seguro es que ese Señor no se enriqueció de la noche a la mañana, durante su paso por el sector público, como sí ha sucedido en muchísimos casos por parte de funcionarios públicos que saquean las entidades que les son asignadas para el desempeño de sus cargos. Por ello las sanciones impuestas a él, que lo llevarán a la cárcel por 15 años si no logra que su caso sea revisado favorablemente, parecen excesivas.

Otro caso incomprensible para quienes conocemos al suspendido gobernador de Antioquia, Dr. Aníbal Gaviria, hombre probo y correcto, que sería incapaz de cometer abusos contra el erario, por lo cual sorprende la excesiva decisión de suspenderlo en su cargo y ordenar su detención carcelaria para evitar que interfiriera con la investigación de los hechos.

Por otro lado miles de crímenes se cometen diariamente para robar celulares u otras pertenencias, incluyendo los abominables feminicidios,
que parecen ser un deporte nacional pues en lo corrido de este año ya llegaron a cien casos y las aberrantes violaciones de niños y niñas que solo conocemos por los noticieros hablados y escritos.

Tristemente, hace unos días, los noticieros de Tv. anunciaron las sanciones impuestas a los principales accionistas de Interbolsa y Estraval verdaderos criminales de ‘cuello blanco’ que estafaron a miles de personas y con gran orgullo la Fiscalía anuncia sanciones carcelarias de 5 y 7 años para esos pillos lo que compara con las condenas impuestas el año pasado en los EE.UU. a Víctor Madoff de N.Y., a quien le impusieron 150 años de cárcel y al texano Allen Stanford, 100 años por haber estafado a múltiples ciudadanos, incluyendo infortunadamente a varios colombianos.

En el caso de Interbolsa, más de 80.000 personas fueron los damnificados, muchas de las cuales eran clientes de Alianza, pero en Organización DeLima, accionista principal de esa Compañía, pudimos, gracias a Dios, responder por los dineros colocados allí, evitando de esa manera las pérdidas a nuestros clientes. Pero para muchas personas cuyos dineros estaban colocados en otras entidades se les esfumaron sus ahorros producto de años de trabajo, o herencias recibidas y en algunos casos de recursos de pensiones de ciudadanos mayores que ya han perdido su capacidad de generar ingresos.

Por ello y por las pérdidas incurridas por más de ochenta mil personas a quienes les robaron sus ahorros, me duelen las irrisorias penas impuestas a esos bandidos de cuello blanco, que se rumora tienen valiosas propiedades y gran cantidad de costosas obras de arte, por supuesto a nombre de sus esposas o de otros familiares.