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Contralorías regionales

Ha quedado demostrado que esos mal llamados entes de control regionales, fuera de ser costosos están cooptados por los gamonales políticos

29 de diciembre de 2021 Por: Vicky Perea García

Recientemente ha quedado demostrado una vez más que esos mal llamados entes de control regionales, fuera de ser demasiado costosos están totalmente cooptados por los gamonales políticos de las diferentes ciudades y regiones del país. Lo pudimos ver tanto en el departamento de Santander donde fue elegido Fredy Anaya Martínez, un disciplinado colaborador de los dos destituidos gobernadores, ambos del llamado ‘Clan Aguilar’, padre e hijo, pese a las graves denuncias en su contra presentadas por entidades gremiales de ese pujante departamento, así como por la directora del periódico Vanguardia Liberal, la doctora Diana Giraldo, en una valiente y muy bien sustentada declaración que le hizo a Julio Sánchez Cristo en La W.

Pero como dice el refrán popular “si por allá llueve, por acá no escampa”. Hace algunas semanas nos llegó la triste noticia que para vigilar a los funcionarios de nuestro municipio fue elegido el señor Pedro Antonio Ordóñez, ni más ni menos que un muy cercano amigo del destituido gobernador de nuestro Departamento Juan Carlos Abadía, de ingrata recordación. Recordemos que en el 2008 fue elegido conjuntamente con su compañero de fórmula para la alcaldía de Cali, Jorge Iván Ospina, con la generosa colaboración económica del exsenador Juan Carlos Martínez, quién poco después también despojado de su curul en el Senado de la República.

Les recuerdo a mis escasos lectores que Abadía fue separado de su cargo por haber convocado a los alcaldes de varias ciudades vallecaucanas para que respaldaran las pretensiones electorales del exministro Andrés Felipe Arias, quien aspiraba a suceder al expresidente Álvaro Uribe Vélez en el más alto cargo de nuestra Nación.

Además, cuando el ingeniero Francisco Lourido fue designado por el Gobierno Nacional como gobernador encargado de nuestro departamento para reemplazar a Abadía, una de sus primeras gestiones fue encomendar a un conocido economista para iniciar una investigación sobre el mal uso de cuantiosos recursos provenientes de las llamadas ‘vigencias futuras’, encontrando que muchas de las supuestas obras que se estaban realizando con esos dineros ni siquiera se habían iniciado a construir y las pocas que sí lo habían hecho, mostraban retrasos considerables.

Lo más triste es que en medio de la euforia que le generó su elección en ese cargo en donde supuestamente deberá vigilar las actuaciones de todos sus cercanos amigos, el recién elegido Contralor se dignó decir que le enviaba un afectuoso saludo al citado exgobernador, atreviéndose a mencionar que Abadía era una de las personas más queridas por todos los vallecaucanos. Lo que me lleva a preguntar si ese funcionario habrá vivido en otro planeta durante los últimos veinte años.

En el pasado y en varias oportunidades, diferentes aspirantes a la Presidencia de la República han propuesto la eliminación de esas costosísimas e ineficientes contralorías regionales y locales. Pero nuestros ‘honorables’ congresistas, (algunos no tanto), se oponen férreamente a ello, pues allí colocan a sus seguidores políticos de sus respectivas regiones, lo que por supuesto significa que nunca van a aprobar la eliminación de esos innecesarios entes.

Como comentó Francisco Lloreda en uno de sus sesudos escritos, esto equivale a dejar a los ratones cuidando el queso.