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Peajes urbanos

Recientemente, la Alcaldía anunció la construcción de un anillo vial perimetral para...

27 de noviembre de 2013 Por: Emilio Sardi

Recientemente, la Alcaldía anunció la construcción de un anillo vial perimetral para unir el norte de Cali con el sur mediante vías de altas especificaciones ubicadas al oriente y al occidente de la ciudad. La iniciativa es excelente porque esas vías no solo mejorarán la movilidad sino que contribuirán a generar un crecimiento urbano ordenado. Lo importante ahora es financiarlas mediante mecanismos sanos, como un cobro técnico y racional de valorización y, dada su importancia regional, fondos de la Nación. Lo que no debe considerarse en forma alguna es el otorgamiento de concesiones para pagarlas con peajes urbanos.Supuestamente, con el esquema de concesiones de obras públicas establecido en el gobierno de Gaviria, el Estado disminuiría sus riesgos y liberaría recursos para “inversión social”, al trasladarle al sector privado la ejecución y operación de obras y servicios públicos. La realidad fue otra, y el negocio de los concesionarios ha sido formidable. Primero obtienen la concesión con una oferta inalcanzable para cualquier competidor serio, y después negocian, a puerta cerrada, las modificaciones y ampliaciones necesarias para hacer que el negocio sea redondo para todos los involucrados. Al eludir todo asomo de transparencia en estas negociaciones, en Colombia, las concesiones que se pagan con peajes y recursos del presupuesto han demostrado ser barriles sin fondo que generan incentivos perversos al incremento continuo de costos de los proyectos y de su operación, así como a las prórrogas interminables de los tiempos de su explotación monopólica.Por otra parte, sería grave el costo para la competitividad de Cali de un esquema privatizador que deja a la ciudad amurallada por un anillo de peajes en vías que debían ser para toda la comunidad. Varias de esas vías son corredores que están previstos desde hace muchos años con vocación de uso público en nuestros planes viales y de ordenamiento territorial. Circuitos perimetrales como la Avenida de los Cerros y la Ciudad de Cali atravesarán áreas de crecimiento urbano potencial en la ladera y zonas densamente pobladas en el Oriente, y podrían conectar de manera eficiente centros productivos importantes con zonas de vivienda y comercio. Unos peajes impuestos para un proyecto privatizador que otorga un monopolio económico de explotación sobre el ingreso a la ciudad y el tráfico perimetral, y que extrae o despoja corredores viales del uso público general para entregar su explotación a unos particulares, llevarán a que se congestione más el resto de la red vial por la necesidad de uso por parte de quienes no puedan pagar siempre los peajes, con un gran costo social y de bienestar para los ciudadanos que no puedan utilizar esas vías perimetrales. Desde Londres hasta Singapur, con muy raras excepciones, los peajes urbanos se utilizan sólo para restringir el flujo vehicular en zonas céntricas altamente congestionadas. No hay razón para que sea distinto aquí. Por todo lo anterior, al tiempo que se debe apoyar que la ciudad planee y provea soluciones para atender la demanda presente y futura de movilidad, y promueva el crecimiento ordenado y la competitividad de Cali, es importante exigir que el impacto positivo de los proyectos sea para todos los caleños y no para unos inversionistas que se hagan a un monopolio rentable asegurado sobre unos corredores viales que deben ser públicos.