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Despojo a la salud

A pesar de requerir aún de ajustes, nuestro sistema de salud ha...

6 de octubre de 2010 Por: Emilio Sardi

A pesar de requerir aún de ajustes, nuestro sistema de salud ha aumentado enormemente su cobertura en los últimos años y su positiva evolución es innegable. Todo esto se ha logrado a través de un fuerte incremento de los recursos dedicados por el país a este rubro, cuya participación en el PIB ha aumentado sensiblemente. Lamentablemente, más de un vivo ha querido beneficiarse indebidamente de estos nuevos recursos, lo que pone en peligro la estabilidad del sistema.Recientemente, El País informó que “inusitados sobrecostos en la facturación de medicamentos y ocho embargos que duplicaron el valor de sus deudas con proveedores dejaron sin oxígeno financiero al Hospital Mario Correa Rengifo, que hoy sobrevive de milagro por falta de recursos económicos”. Según la versión recibida por el diario, el Hospital se vio obligado por unas tutelas a suministrar unos medicamentos dentro de unos plazos perentorios y, porque supuestamente no podía pagarlos a corto plazo, se los compró a una entidad denominada Intercomercial Médica Ltda. a unos precios que desbordan cualquier lógica económica.El País estableció que el valor de las compras de 313 medicamentos fue 3,76 veces el que hubiera resultado si éstas se hubieran efectuado a los precios publicados en esa época por la revista ‘Farma’, y 3,85 veces el que hubiera resultado si se hubieran hecho a los precios máximos que el Invima sugería. Pero la realidad es aún peor. El informe de El País, una excelente pieza de periodismo investigativo, se tuvo que remitir a unos listados de precios máximos, pero la mayoría de las transacciones se efectúan a precios inferiores a los de esos listados. La Nueva EPS, por ejemplo, compra los productos ahí relacionados a precios que promedian menos de la mitad de los precios reportados por ‘Farma’. El valor de las compras que el Mario Correa le hizo a Intercomercial Médica fue casi ocho veces lo que hubiera debido ser si se hubieran aplicado esos precios.Los abusos son mucho peores en productos específicos. El Neotigason, por ejemplo, es un producto dermatológico que se vende por precios que oscilan entre $6.400 y $9.400 y que la Nueva EPS compra a $7.428. El Mario Correa se lo compró a Intercontinental Médica a $961.200. Como le compró Humira, un antiartrítico, en $17’710.860, 11 veces los $1’578.000 que la Nueva EPS paga.No hay tutela posible que justifique compras a los precios ruinosos a los que se hicieron las que hoy tienen al borde del colapso al Hospital Mario Correa Rengifo. Que por unas compras que, en el peor de los casos, no debieran haber costado más de $160 millones, esa institución deba pagar hoy más de $2.600 millones es absurdo. Ese despojo a la salud es inadmisible. Quien defrauda a las entidades que prestan los servicios de salud no solamente se queda con el dinero ajeno sino que pone en peligro las vidas de quienes dependen de ellas para su bienestar.El gobernador Lourido debiera presentar a la mayor brevedad las denuncias necesarias para que los entes de control intervengan en este caso con la mayor fortaleza posible. Nadie sabe quién quedará gobernando el Valle del Cauca después de las elecciones de enero y si no quedan los de la banda que perpetró este atropello, bien pueden quedar los de la banda que quebró al Hospital Universitario Psiquiátrico del Valle. Si no son los mismos.