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El petróleo

Este ‘aceite de roca’, un recurso natural no renovable, es actualmente, junto...

28 de febrero de 2013 Por: Benjamin Barney Caldas

Este ‘aceite de roca’, un recurso natural no renovable, es actualmente, junto con el carbón, la principal fuente de energía -y contaminación- en los países desarrollados. Energía usada en ellos, la mitad o más, principalmente para la climatización e iluminación de edificios (S. y S. Behling: Sol Power , 1996). Y el petróleo, además, movía hasta hace poco casi todos los vehículos, pues la aparición de los motores de combustión interna abrió de inmediato nuevas perspectivas a su utilización, sobre todo la de uno de sus derivados, la gasolina, que hasta entonces había sido desechada al no encontrársele ninguna aplicación práctica.Como dice André Gorz (La ideología social del automóvil, Le Sauvage, 1973), los magnates del petróleo fueron los primeros en darse cuenta del partido que le podrían sacar al automóvil pues se podría vender la energía necesaria para su propulsión a una gran cantidad de gente. Tendrían tantos clientes como automovilistas, y como por cada uno habría una familia, el pueblo entero sería cliente de los petroleros. Una situación soñada por todo capitalista, como sostiene Gorz, estaba a punto de convertirse en realidad: todos dependerían, para satisfacer sus necesidades cotidianas, de una mercancía cuyo monopolio lo tenía una sola industria, la del petróleo.Lo único que hacía falta era lograr que todos pudieran adquirir automóviles, para lo que bastaría con bajar su precio mediante su producción en masa y el montaje en cadena, y la promesa del privilegio de circular, como los ricos y los burgueses, más rápido que los demás. Y muchos de los que podían se apresuraron a comprar carro, símbolo de su nueva posición en la sociedad, sin darse cuenta de que los estaban manipulando, hasta que advirtieron con frustración que se habían endeudado y que los demás también tenían acceso a carros de segunda, no quedando más opción que comprar más carros, más veloces, más grandes y más costosos. Como se ve en Cali hoy en día.Pero cuando todo el mundo pretendió circular a la velocidad privilegiada de los burgueses ricos, el resultado fue que la velocidad del tránsito vehicular en la ciudad cayó por debajo de la de los coches y caballos de antes, y ahora en las horas pico el promedio en las carreteras está por debajo de la rapidez de un ciclista, y la de las calles de las ciudades grandes por debajo de la de un peatón. Incluso cuando los andenes son tan deficientes como hoy en Cali, y desde luego iríamos más rápido, seguros y agradablemente si fueran llanos, amplios, arborizados y sin carros estacionados en ellos, y con pasos peatonales, pompeyanos o semaforizados, en las esquinas.Aun con nuevos yacimientos y técnicas, las reservas de petróleo durarán unas pocas décadas pues el consumo mundial se ha elevado, ya que a Estados Unidos pronto lo alcanzarán China, India y Brasil. Además llegó el momento de hacer cambios fundamentales, pues muchos estudios dicen que para mediados del Siglo XXI se debe reducir al menos en un 60% las emisiones de gases de efecto invernadero, para tratar de evitar el cambio climático (BBCmundo.com). Eso significa más arquitectura bioclimática, y usar menos gasolina en carros, es decir: transporte colectivo eléctrico, a gas o hidrógeno, bicicletas, comunes y eléctricas, y, como siempre, caminar.

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