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El Parque del ‘Porro’ 505942

Vecinos del otrora Parque del Perro -que fue remodelado y enlucido por...

9 de febrero de 2016 Por: Mario Fernando Prado

Vecinos del otrora Parque del Perro -que fue remodelado y enlucido por la administración anterior- me invitaron a que por mis propios ojos viera el despelote en que se convirtió este lugar emblemático del barrio San Fernando.Pude constatar con desilusión e impotencia lo que es este sitio en horas de la noche lo cual va ‘in crecendo’ a medida que transcurre la semana, llegando a su peor punto los jueves al anochecer hasta los sábados e incluso los domingos a la madrugada.Cuenta la historia que a mediados del siglo pasado se reunía allí un grupo de jóvenes acompañados de un perro llamado Teddy que se volvió su mascota. Sin embargo, un día Teddy mordió a uno de estos muchachos quien en venganza le dio una hamburguesa envenenada que lo mato casi en el acto. Con el paso del tiempo uno de estos contertulios que se hizo oficial de Policía, mandó a esculpir un monumento a su fiel amigo y lo colocó en el centro del parque.Este pulmón verde estuvo abandonado por mucho tiempo hasta que se le metió la mano y quedó de lo más chusco, paradoja que hoy padecen los habitantes del sector.Los vehículos trepados en los andenes que no dejan circular a los peatones es lo menos que se advierte allí. Carros y más carros, motos y más motos lo circundan permanentemente, lo cual hace imposible la movilidad. Precisamente ese atardecer se congregaron docenas de motocicletas de alto cilindraje que hicieron una competencia de ruido bastante peculiar: se trataba de establecer qué motor rugía más creándose un ensordecedor ambiente entre demencial e infernal. El estruendo no pudo ser peor y ahuyentó a muchas personas que inocentemente habían concurrido a ese sitio en pos de solaz y tranquilidad. Pero eso no es todo: cientos de mozalbetes colmaban los bares, restaurantes, restauranticos y licoreras todos invadiendo el espacio público. El fuerte olor a maracachafa se hacía cada vez más penetrante a medida que tratábamos de caminar hacia el centro del parque en el que el espectáculo no pudo ser más deprimente: parejitas ojalá fuera de enamorados se revolcaban lascivamente advirtiéndose -como en la Loma del Vicio- una alta y desaforada ingesta etílica incluso en menores de edad. Consumo de frente de alucinógenos. Expendio sin rubor alguno de los mismos y una mariconería y un lesbianismo en un espectáculo digno de Sodoma y Gomorra.Yo me preguntaba: ¿Todo ese esfuerzo y toda esa inversión para terminar así? Los pocos establecimientos serios, llámense restaurantes o boutiques, deben estar desesperados ante semejante despelote y anarquía. Eso ya ni es el Parque del Perro: es el ‘Parque del Porro’ ante los ojos atónitos de quienes han querido ese rincón de Cali que se les salió de las manos.No vimos autoridad alguna ni competente ni siquiera incompetente. El ‘Parque del Porro’ está a la deriva.¿Será que así como se le está poniendo coto a los desmanes de la Loma del Vicio se podrá hacer lo mismo con el tristemente bautizado por Siriri como -repito- el Parque del Porro?Alcalde Armitage: estamos hablando del que fue su barrio. ¡Diga ‘guau’ y la Policía le corre!

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