El incendio de los bomberos 154725

Están de moda los incendios forestales. Todos hablan de ellos y hay abundante material para llenar páginas de periódicos y horas de radio y de televisión. Declaraciones de unos y otros ambientan las informaciones y ha salido a flote otro nuevo cartel: el de las quemas a nuestros cerros tutelares en las manos criminales de los invasores que como en el caso de las Lomas del Cabuyal, le meten candela a una extensión para luego limpiarla y venderla a través de terceros de común acuerdo con el propietario del terreno o la vista gorda de las autoridades (¿A propósito, que pasó con la CVC en el susodicho caso de las Lomas del Cabuyal? Si la autoridad ambiental no se pronuncia, nada podrá hacer la Secretaría de Gobierno y ese asentamiento se volverá otra vergüenza como la invasión permitida y auspiciada de La Fortuna.)Y en esta lucha contra el fuego en nuestras laderas, son muchos los que sacan pecho y se creen los ‘putis-boys’ abrogándose el éxito del control y la extinción de los incendios e incluso haciendo política con miras a que les reconozcan la paternidad de estas acciones.Sin embargo, de los que tienen la labor más peligrosa y hasta suicida pocos se acuerdan, pocos les reconocen su trabajo y muchos menos les apoyan en su callada y ejemplar tarea. Estoy hablando de los bomberos, del Benemérito Cuerpo de Bomberos Voluntarios (así con mayúsculas) de Cali.A pesar de las pocas ayudas (!) que reciben casi siempre a destiempo y de unos equipos que no son los mejores ni los más modernos, allí están siempre los bomberos apagando incendios aquí, allá y acullá, en una actividad desconocida y subvalorada y que en otras partes merece el aplauso de la comunidad entera.Pero nosotros sólo nos acordamos de nuestro Cuerpo de Bomberos cuando hay una emergencia y en algunas oportunidades nos atrevemos a decir que lo que no acaban las llamas lo acaban el agua y la irresponsabilidad de quienes arriesgan sus vidas enfrentándose a esos infiernos y a la destrucción que su tesonera acción acarrea.¿Cuál es el presupuesto de los bomberos y cuál es el aporte que se les da? ¿Por qué estos servidores públicos ad honorem tienen que andar con la totuma implorando una limosnita por el Amor de Dios? ¿Cuál es el déficit de esta institución? ¿Cómo está de equipos y de personal? ¿Qué va a suceder en Cali cuando -Dios no lo quiera- haya una tragedia de vastas proporciones?Y sin embargo y pese a la situación precaria que padecen nuestros bomberos, ellos allí cumpliendo su deber sin activar el quejumbrometro y sin rancharse para prestar el servicio.Ah, y olvidaba el eficaz apoyo que también desinteresadamente y de manera por demás discreta presta la Escuela Militar de Aviación Marco Fidel Suárez con sus helicópteros y el equipo apaga fuegos sin el cual sería imposible llegar a ciertos lugares de nuestra topografía. Para el personal de la Emavi, otro aplauso emotivo y sincero.Ojalá que caiga alguito de lluvia y se puedan identificar y detener a los pirómanos del cartel de los incendios y/o los invasores y, lo más importante, que nos acordemos permanentemente de los bomberos y los apoyemos en todas sus peticiones para apagar los fuegos que nos acechan día y noche y que no se conjuran con rezos y lamentaciones sino con equipo humano y tecnología.PD. Hoy a las 7 de la noche en la Sala Beethoven, la Fundación de Amigos de la Policía presenta el recital del más famoso barítono de Colombia Valeriano Lanchas acompañado por la soprano Karolyn Rosero y el pianista caleño Alejandro Roca. Aún quedan disponibles unas pocas boletas.