El final de los tiempos

Todo depende de cómo lo interprete. Puede ser catastrófico o puede significar evolución.

Se dice que estamos dejando la tercera dimensión para llegar a la quinta, atravesando temporalmente la cuarta. Traducido, es el despertar de conciencia donde nos hacemos conscientes de nuestros actos. El final de la oscuridad (automático) para llegar a la luz, conciencia. A la vez son varias las teorías (espirituales, esotéricas, científicas) que hablan de ciclos que vive la tierra y cómo pareciera nos acercamos al final de uno de estos ciclos, lo que no significa destrucción, sino transformación. Hasta el mismo Newton interpretando papeles antiguos habló del final de los tiempos para el siglo XXI. Y así como Roma ‘cayó’ y varios imperios han tenido su final, pareciera que nos acercamos a la ‘caída’ de la cultura occidental, incluida la cabeza de ese imperio, USA. ¿Cómo saberlo? Los hechos son absolutamente dicientes. En especial la pérdida del control, en todos los escenarios del mundo, habla del final de una noche oscura donde era necesario ‘impedir’ la multiplicidad de criterios y actitudes, controlando el comportamiento humano a través del miedo. Pero el miedo que ‘alimentaba’ la oscuridad e impedía la libertad de actuar, se esfumó. Y entonces cual río represado, temporalmente nos inundan pasiones desbordadas: atrevimiento, irreverencia, corrupción, resentimiento, guerra, odio, desafío, polarización. La inequidad genera una rebeldía sin control, en cualquier lugar del mundo.

Los valores tradicionales que ‘amarraban’ la conducta para evitar el descontrol, como son religión, familia, sexo, dinero, educación, política, están en plena decadencia, colapsaron, desfasados, ‘no sirven’. Pero, insisto, es un período transitorio: después de la oscuridad viene la luz.

No se puede negar la realidad. Independiente de cualquier creencia, el deterioro como humanidad es innegable. ‘Animales, irracionales, basura, desechos’, expresiones que el político de turno no se avergüenza de vomitar. Comprobar acontecimientos de irrespeto a leyes humanas, políticas, internacionales, sin tribunal ético que logre poner orden. En Ecuador ingresan a una embajada para secuestrar un político. En Chile se persigue a un refugiado, en Rusia se matan disidentes, en Venezuela se alteran las reglas, en Gaza se asesinan tanto mujeres y niños inocentes como voluntarios de paz, en USA entran a las tiendas a robar lo que se encuentra… en fin, hay para concurso de atropellos. Pero lo paradójico es que este final de los tiempos, este tiempo de oscuridad tan desconcertante, es el comienzo del período de luz, el inicio del despertar de conciencia. Cuando se habla de ‘la noche oscura del alma’ se viven procesos de crisis profunda para luego dar inicio al renacimiento. No son períodos de estancamiento. El mundo respira angustia y desconcierto por la pérdida de valores (muchos de ellos castrantes, pero que generaban seguridad porque todo estaba ‘bajo control’) para dar inicio a una época en que las respuestas no están ya más afuera. No habrá sistema político que colme expectativas ni que aporte solución. Ya no es la ley imponiendo orden. La pirámide se invirtió. Ahora la responsabilidad es totalmente individual, desde la conciencia, desde el caer en cuenta personal. Entonces es usted quien decide…