¿Tu amante es un robot?

Entre las variadas áreas de la tecnología que han tenido éxito en estas épocas de aislamiento, está la fabricación y comercialización de robots que cumplen con muchos roles de la pareja, pero especialmente como fuente de placer sexual. Las ventas están disparadas pues en estas circunstancias de confinamiento y temor al contagio en los sitios públicos, se volvió imposible conquistar y los seductores responsables están en crisis. Otros, con limitaciones para conseguir pareja están de plácemes pues el robot les ahorra esa etapa de galanteo, donde algunos sienten mariposas, pero los tímidos y los irascibles, sienten escarabajos.

Los robots son de diferente nacionalidad y precios sin que ninguno cueste menos de US6.000. Cada vez están más cerca de hacerlos personalizados de tal manera que podamos escogerles el color de pelo, tipo de labios, tono de piel, tamaño de senos, e incluso aromas y características particulares. Si bien es cierto la mayoría de los compradores son hombres, ya está creciendo el número de solicitantes femeninas quienes pueden programar los vellos en el pecho y diferentes tamaños de allí para abajo. Es tal el ‘boom’ que se cree que para el 2050 habrá legislación para matrimonios entre humanos y robots, pues las posibilidades de enamorarse con ese ser anhelado y a la medida, son muy altas.

Debemos precisar que no estamos refiriéndonos a muñecas inflables.
Algunos tienen piel de silicona sobre un exoesqueleto realizado con una impresora 3D y en su interior vienen con la capacidad y la inteligencia artificial que les permitirá interactuar con los humanos. Se podrá programarles actividades claves en nuestra vida diaria, como que sepa cuáles son mis canales del Tv, que solo grite goles del Cali, que los huevos revueltos vengan con tocineta y queso y que por favor, promueva la intimidad.

Samantha, por ejemplo, creada por el experto en nanotecnologia Sergi Santos, tiene tres funcionamientos: familiar, romántico y sexual. Con este último, Samantha llega al orgasmo. Pero como los inventores son insaciables, le han puesto un módulo para hacerla impredecible y que de vez en cuando, no acepte ir a la cama. Elementos como este que la acercan al género humano, que pasan sin explicaciones de lo lúbrico a lo retrechero, harán que la competencia entre robots y humanos sea más equilibrada y que nuestras parejas de carne y hueso sigan siendo las preferidas, así griten los goles del América y nos regañen por el exceso de imaginación y de ganas.