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Otras preguntas incómodas

Simplemente se concluye que la gente desperdicia un maravilloso derecho: el de permanecer callado.

1 de diciembre de 2017 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Hace algunos días un cibernauta pidió a sus lectores que le compartiéramos las preguntas más hartas que suelen hacerse.
Recientemente hice una reflexión sobre “¿Cuántos años es que tenés?”. He aquí otras con las cuales pretendo estimular la prudencia y la compasión, virtudes en vía de desaparición:

Preguntas sobre el físico:

¿Por qué te has engordado tanto? R: Qué aburridor explicar que hay un problema hormonal, alteración del sistema nervioso, etc.

¿Cómo has hecho para adelgazar tan rápido? R: No tengo razón y eso me tiene preocupada.

¡Te felicito! ¡No sabía que estabas embarazada! R: Sé que estoy gorda, ¡no preñada!

Preguntas de arribista:

¿Usted sí había comido de esto? R: ¿Y es que cree que soy montañero?
¿Vos sos hijo de quién? Respuesta perversa que le oí a un milenial: “De mi apá y de mi amá”.

¿De cuáles Rivera es usted? (Rivera es un ejemplo). R: De las Riveras del río. (Favor reemplace Rivera por su apellido, que a todos nos ha tocado)

Preguntas de entrometido:

¿Todavía no tienen hijos? ¿Qué están esperando para arrancar? R: ¿Usted me los va ayudar a criar?

¿Cuándo es que se van a casar? ¡Ya va siendo hora! R: ¿Para vivir como usted vive con su marido?

¿Es la misma señora que me presentó la otra vez? R: No recuerdo haberte presentado a nadie, ¡desgraciado!

Preguntas ligadas a la edad:

Qué belleza de niñita. ¿Es su nieta? R: No, señor, ¡es mi hija!

¿A usted le tocó la explosión del 7 de agosto? R: ¡PUM!

Entre conocidos he observado que una pregunta que molesta mucho es: “¿Habitación sencilla o con jacuzi?” Noto que lo que más molesta es tener que contestar “sencilla”.

Sin embargo la pregunta más imprudente y dolorosa se la hicieron a un amigo: “¿Pero cómo así, vos no te habías muerto?”.

Simplemente se concluye que la gente desperdicia un maravilloso derecho: el de permanecer callado.

O-Vario 1: Falleció Teodolindo Avendaño, defensor de sus ideas con caballerosidad y verticalidad. De quienes benefició con su solidaridad, solo recibió ingratitud e indolencia. Paz en su tumba.

O-Vario 2: De acuerdo con Beatriz López: roguemos que por el bien de Cali, el espíritu de la concertación ilumine las partes en el conflicto de La Sagrada Familia.

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