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Los amigos de los chats

Hoy lo raro es no estar en un grupo de interlocutores a...

16 de julio de 2016 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Hoy lo raro es no estar en un grupo de interlocutores a través del Chat. Son los amigos del colegio, de la universidad, del gimnasio, las cuchibarbies, los compañeros de trabajo, pero lo que he descubierto es que hay un perfil común entre sus usuarios. He aquí las personas que mayormente consumen nuestra atención:La saludadora: es aquella amiga que todos los días envía solecitos, desea buen día y feliz semana. Por ella recordamos que ese chat existe y preocupa que si no le contestamos le tocaría ir al sicólogo.La espiritual: envía frases de reflexión sacadas del padre Gallo, de Chopra, Osho, filosofía hindú y de su abuelita que murió de sabia... y de vieja. Si todas las cadenas que envía le dieran a ella o a sus destinatarios la plata que anuncia, encabezaríamos la lista Forbes de los millonarios.La enterada: aquella que recuerda las misas, sabe quién murió, agoniza, está enfermo, cumple años, aunque a veces confunde todo pero el grupo la perdona porque nadie duda de su buena intención.La uribista: odia el presente, y hasta el tamaño de la luna llena lo compara con el del gobierno anterior y dice que si hay cuarto menguante es por culpa de Santos.El gobiernista: tiene claro el despelote del pasado, no sabe explicar el presente pero tiene inmensa fe en el futuro.La reality: cuenta minuto a minuto lo que le está sucediendo. Le toma fotos hasta a los huevos en cacerola, envía selfies con desconocidas, comparte el hipo de su gato y nos cuenta que en este instante está pasando por el túnel de La Ermita.La nostálgica: nunca se sabe cómo descubre fotos viejísimas del grupo, muchas en blanco y negro o en sepia. Por su culpa todos dicen: “Como se ha dañado Conchita”El corrompido: este, generalmente hombre, rompe la rutina del chat y envía fotos de implantes mamarios, así sea para informar que debajo de uno de ellos hay un gran corazón. Busca ponerle picante al chat, ‘tira los perros’ al menor descuido y todas terminan teniéndole susto.La desorientada: esta manda siempre chistes requeteconocidos, fotos que nos sabemos de memoria, repite el selfie que envió otro hace media hora; manda angustiada solicitud de ayuda para un niño que requiere sangre difícil y ‘acaba’ de entrar a urgencias en 2008. Nos pide que oremos por la recuperación de Juan Pablo II quien tuvo un reciente atentado.La descrestadora: nos comparte sus viajes exóticos pero no las bañadas en Pance. Manda fotos de Google y de sus roces con algún famoso, selfies que ocupan lugar más destacado que las de sus tías que la apoyaron o de sus amigos que le soplaron los exámenes toda la carrera.Con esta variopinta nos escribimos todo el día; por ellas nuestros amigos dejaron de mirarnos para concentrarse en su chat. A ellas les debemos el tilín tilín del Whatsapp que nos despierta a las tres de la mañana para informarnos que en Dubai está cayendo una leve llovizna.Oh Vario: le agradezco a Jorge Restrepo Potes sus generosas palabras de bienvenida, nobles como todo lo suyo.

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