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Jartera de campaña

Con los años he sentido cómo cada comicio electoral es más agrio y rastrero. El uso indiscriminado de las redes sociales hastía al más impasible.

8 de junio de 2018 Por: Eduardo José Victoria Ruiz

Conocí y participé activamente en muchas campañas políticas. Preparé engrudo, me amanecí pegando afiches, recorrí los caminos veredales en épocas en las que era una proeza regresar vivo de ciertos feudos electorales; leía a los grandes pensadores del conservatismo y la doctrina social de la Iglesia; admiré a mis ídolos por su compromiso social y su visión de país y de región; unas veces ganábamos, otras la suerte no nos acompañaba pero tengo el recuerdo de gestas alegres y confrontaciones ideológicas de alto nivel. Toda esa época la guardo en mi memoria con especial gusto.

Con los años he sentido cómo cada comicio electoral es más agrio y rastrero. El uso indiscriminado de las redes sociales hastía al más impasible. Cantidades de información tendenciosa que en el fondo dice lo mismo. Otros con mentiras reiteradas sobre uno y otro candidato buscando que se vote por temor y no por convicción. Liberales de extrema derecha, conservadores complacientes con quienes han sido insurgentes armados; católicos que disfrutan con la desgracia de los demás, siendo ejemplo de intolerancia y falta de misericordia; traquetos y ajiceros invocando la necesidad de un país sin corrupción. Tantas personas que yo creía ecuánimes y agradables y de pronto en esta campaña les he conocido una faceta tan extremista que me asustará su compañía en adelante.

Hay momentos en los que la gente pela el cobre, usualmente cuando se requiere de solidaridad o en los negocios, pero dejarse conocer en su capacidad de agredir en la controversia por una campaña, se sale de cualquier expectativa.

Es exagerado e innecesario enviar más mensajes a quienes ya estamos convencidos. Casi todo se vuelve basura, motivo para oprimir ‘borrar’ y unas ganas infinitas de eliminar de los chats a tanto interlocutor político chimbo que nos apareció.

Quiero que termine esta jartera de campaña y rescatar a quienes tenían una frase cálida al amanecer, así fuera ajena pero siempre enviada con afecto; reencontrar las exaltaciones a la belleza y hasta el erotismo; apreciar la chispa, el humor y la buena música.

De mi parte quiero recuperar los amigos que la política me ha enfriado y que anhelo, la polarización no perpetúe por cuatro años más.

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